
Hoy se cumplen siete días del ataque que por poco termina con la vida de Manuel Sánchez (19). Fue atacado a tiros y puñaladas presuntamente por Santiago Darío Negrete (20), quien permanece detenido e imputado por intento de homicidio. Mientras la víctima se recupera con tratamiento ambulatorio en su domicilio, una joven enfermera que lo ayudó, brindó una entrevista en la que se pudo saber en detalle los minutos posteriores al ataque.
Ante las cámaras del programa La Hora de Misiones que se emite por Misiones online TV, Daiana Iris Velázquez relató lo sucedido minutos después de la medianoche del martes 13.
Contó que había vuelto de trabajar y pensó en dejar salir un rato a su perro. “Me paré en la esquina para ver si había personas en la calle porque mi perro es malo. Cuando volvía se escucharon gritos”. Se detuvo a observar y vio a dos chicos corriendo. “Vi que Negrete lo estaba lastimando, apuñalando a Manu, que estaba tirado en el piso en la esquina de Maipú y Perito Moreno. Después Manu se levantó como pudo y corrió (cayéndose y volviendo a levantarse) hasta Perito Moreno y Chubut. Cuando él cae finalmente en la vereda de mi vecina y miro lo que le estaba haciendo, inconscientemente fui y me metí. No sé de dónde saqué el coraje, pero no me iba perdonar no haberlo hecho. Me nació socorrer e intentar separar”, subrayó.
Dijo que en ese momento Negrete salió a correr en dirección a calle Herrera y ella comenzó a brindar auxilio. “Me quedo con Manu y empiezo a mirar qué lesiones tenía. Le puse la mano en la parte de atrás de la cabeza y prácticamente tenía desprendido el cuero cabelludo, perdía mucha sangre”. La joven recordó que Negrete lo había “agarrado la cabeza con las dos manos y en el borde del escalón de la vereda de forma reiteraba lo golpeaba con mucho odio”.
A los pocos minutos el lugar se llenó de policías. “Pasó que había chicos que salían de jugar al fútbol, vieron lo que sucedía y comenzaron a llamar al 911, además de los vecinos que escucharon los tiros”, explicó Daiana.
Cuando llegó la camioneta de la policía, se bajó un efectivo y apenas dio unos pasos Negrete salió a correr en dirección a calle Herrera, relató. “Cuando vio las luces del móvil, regresó y lo volvió a pisar y lastimar la cabeza a Manuel”.
La joven señaló que cuando auxiliaba a Sánchez “le pedía que me hable porque literalmente se estaba muriendo en mis brazos. Me decía que no podía respirar y cerraba los ojos. Pasaban segundos en los cuales no me hablaba y yo me desesperaba. En un determinado momento le dije voy a ir a ponerme unas zapatillas y el me pidió que no lo dejara solo, que sentía que se iba. Atiné a ponerlo de costado y le pregunté si quería vomitar. Lo ayudé a que expulse los coágulos de sangre, que después me enteré que era por la perforación que tenía en el pulmón. Después de eso respiró un poco más tranquilo. Luego, a las 12.55 llegó la ambulancia”.
Cuando a Manuel se lo llevaron al hospital, ella pudo volver a su casa a limpiarse las manchas de sangre. Dijo que le costó conciliar el sueño y recién el jueves pudo estar más tranquila. “Caí en cuenta de lo que todos me decían, que había devuelto un hijo a una mamá. Si volviera a pasarme lo volvería a hacer”.
De Negrete recordó que “tenía mucha frialdad en el semblante”. “No lo vi asustado ni siquiera cuando estaban los policías. Quería matarlo. Se paró frente a mi y me dijo que lo dejara que (Manu) se muera porque le había querido robar. Me habló como si no estuviera haciendo nada malo”, cerró.
“Es un milagro”
José Luis Sánchez, el padre, contó que su hijo está con controles: “Tiene roto el maxilar y no puede masticar, además de los huesos paranasales que le impiden respirar normalmente. Además la bala dañó la parte ósea donde se apoya el ojo”.
El progenitor también indicó que están tranquilos de tenerlo en casa. “Por la cantidad de acontecimientos que sucedieron, es un milagro”.
“Nos llevábamos bien”
También habló brevemente Manuel Sánchez, quien contó acerca de esa noche: “En el auto conversábamos bien y nos llevábamos bien (con Negrete). No sé por qué tuvo esa reacción”.