“Con profunda tristeza confirmo que el legendario e icónico artista Prince Rogers Nelson falleció en su residencia de Paisley Park (Minneapolis, noreste) esta mañana”. Así, escuetamente, anunciaba el comunicado oficial de su publicista la muerte –a los 57 años– del ídolo de millones de personas en todo el mundo.
Si bien el representante no dio detalles sobre la causa, poco después se supo que fue por una sobredosis de un analgésico que contenía fentanilo, un opiáceo hasta cien veces más fuerte que la morfina.
Aunque desde un comienzo se aseguró que el artista “consumió sin saberlo” esas pastillas de Vicodin, nunca se logró reunir suficiente evidencia para culpar a nadie por ello.
Lo cierto es que al momento de su muerte Prince llevaba varias semanas luchando contra una fuerte gripe que le obligó a anular varias actuaciones y que hizo que el 15 de abril, seis días antes del deceso, su avión privado realizara un aterrizaje de emergencia para que recibiera tratamiento médico después de que su cuadro de salud se agravara en pleno vuelo.
Genio y figura
El mítico artista alcanzó el éxito en la década de 1980 gracias a discos como “Purple Rain”, considerado uno de los mejores álbumes de todos los tiempos.
Canciones como “Cream”, “Girls & Boys” y “Kiss” forman parte de su histórico legado.