La lectura de la victoria del centro derechista Guillermo Lasso en Ecuador tiene dos lecturas contrapuestas:
– Lasso representa la centro derecha equilibrada que busca escaparle a la idea de cualquier apoyo al Castro-Chavismo de Venezuela, por lo tanto su triunfo es refrescante para la región.
– El hecho que Arauz haya conseguido el 47.5% de los votos muestra que casi la mitad de la población Ecuatoriana está a favor de su padrino político Rafael Correa (prófugo en Bélgica) que apoya fervientemente la izquierda y al gobierno de Maduro.
Lasso ya anunció que invitará a Juan Guaidó a su asunción y que será un aliado y amigo de Estados Unidos. También, bastante irresponsablemente, prometió 9 millones de vacunas a los ecuatorianos en sus primeros 100 días de gobierno. Bien está sabido que las promesas de vacunas no siempre dependen de la voluntad del presidente, sino de otros factores como la producción, distribución o disponibilidad de la misma.
La victoria de Lasso trae un poco de aire fresco a la región. Colombia tiene conflictos en la frontera norte con Venezuela y no hubiera visto con buenos ojos un gobierno de izquierda radical en su frontera sur. Lasso será un aliado de Colombia en la lucha contra la dictadura venezolana.
Entretanto, el escenario peruano es inmensamente más complicado. Pedro Castillo, un maestro gremialista simpatizante de Sendero Luminoso ganó la primera vuelta, pero con solamente el 18% de los votos. En su gran mayoría, sufragios de las zonas rurales del Perú.
Castillo comparte un perfil similar al de Evo Morales en Bolivia y ha expresado que su intención es nacionalizar varias empresas privadas de Perú.
De la vereda de enfrente, en un ballotage contra Castillo, está Keiko Fujimori, la hija del ex presidente Alberto Fujimori quien todavía esta preso, cumpliendo una pena por corrupción. Keiko mismo tiene una denuncia penal en contra por lavado de activos por sus campañas presidenciales del 2011 y 2016, donde perdió en ambas ocasiones. El fiscal del caso ha solicitado 30 años de prisión para ella.
La realidad indica que llegar al puesto de liderazgo de Perú es un calvario a llevar a cuestas. Los últimos seis presidentes han tenido causas judiciales y varios han ido presos. Alberto Fujimori está preso por 25 años, Alejandro Toledo tiene pedido de extradición en Estados Unidos, Ollanta Humala y su esposa están siendo investigados, Pedro Pablo Kuczynski y Martin Vizcarra dejaron prematuramente sus puestos a instancia del congreso y Alan García se suicidó minutos antes de ser apresado por la policía en el año 2019.
Perú no descansa y un ballotage entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori no extrañaría que resulte en una alta cantidad de votos en blanco.
El resto de Sudamérica se dirime entre la derecha de Chile, Uruguay y Brasil contra la izquierda de Venezuela, Bolivia y Argentina. Difícil balance para lograr la unidad especialmente cuando algunos de los líderes son tan alineados a los extremos.
Por Alejandro Itkin
Periodista y conductor “Estudio Abierto” los sábados de 13 a 15 por radio Rivadavia. IG:@estudioabiertoradio