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La recién inaugurada terapia intensiva del Hospital de Apóstoles lleva el nombre del médico que durante 50 años soñó, trabajó y gestionó para conseguirla pero no lo consiguió siendo director del hospital, sino después de jubilarse.
La Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de Área de Apóstoles “Dr. Jorge Oscar Paladino”, cuenta con diez camas, todas con dos bombas de infusión y un monitor multiparámetro, dos de las camas son eléctricas con comando a distancia, móviles autotransportables y ortopédicas. En el exterior una isla de oxígeno, una sala de máquinas con dos compresores, uno para vacío continuo y otro de aire comprimido.
Con emoción, el querido médico Paladino, confió todo lo que luchó “y no supe o no pude” para lograr una terapia intensiva para el pueblo apostoleño. A sus 74 años, recordó que nació en Concepción de la Sierra y poco después su familia se mudó a Buenos Aires donde estudió medicina, “siempre supe que estaba de paso por Buenos Aires, después de recibirme volví a Misiones y me establecí en Apóstoles donde comencé a trabajar en el hospital en 1972”.
Mientras trabajaba en el hospital, Paladino siguió especializándose y, de hecho, rindió dos especialidades, pediatría y anestesiología, “porque eran las que más se necesitaban en ese momento”, explicó.
“Fue el hijo que no pudimos tener”
La terapia fue como el hijo que no pudo tener. Estas fueron sus palabras, “no podía concebir que un hospital se pudiera mover sin una terapia intensiva o por lo menos una sala de cuidados de cierta complejidad, el paciente salía de cirugía y se iba con los demás pacientes. Fue el hijo que no pudimos tener con el hospital, pero no faltó lucha, yo no pude o no supe conseguirla… siempre había algún problema presupuestario o de recursos humanos”, recordó.
Por eso elogió al actual director del hospital, Orlando Montero, y a la intendenta María Eugenia Safrán por haber logrado lo que él no pudo en tantos años.
“Lo que yo no pude o no supe hacer en 50 años, lo hizo con una excelente gestión administrativa el director actual, es un gran logro y es una cuestión que le voy a estar eternamente agradecido por poner mi nombre a ese servicio. Montero no sólo logró la cuestión edilicia y el equipamiento, sino también el recurso humano… más de 30 contratos con personal técnico especializado. También es invaluable el apoyo de María Eugenia Safrán y del nivel central de Salud Pública. Siempre digo que esta terapia era un hijo que yo esperé por muchos años, que al final nació pero con padre sustituto, el padre es Montero pero por lo menos tuvo la delicadeza de ponerle mi nombre. Hablar de eso es muy emocionante, tengo un hijo colega en la provincia de Buenos Aires y también estaba muy emocionado, tuve un tío que fue intendente de nuestra ciudad que es Gabriel Gelabert que sostenía que los homenajes se hacen en vida, así que vuelvo a agradecer a todas las gestiones que acompañaron tanto de la Intendente como la provincia, es una flor de terapia con todo su equipamiento y personal”, sostuvo.
“Nunca se crean que saben todo”
Después de dedicar su vida a atender a miles de pacientes, Paladino dejó un mensaje para los profesionales que se inician en el área de la salud “les pido que nunca se crean que saben todo, el principal defecto de los que recién se inician es que muchas veces comenten el error de traer el cartel de la facultad que pensamos que nos protege (porque me pasó también).
Lo primero que hay que tener es humildad, mucha humildad, querer mucho al paciente, no hay que establecer una relación de que estás un escalón más arriba que el paciente, somos iguales, somos dos seres humanos unidos por una circunstancia desgraciada, que es la del paciente y como médico me tengo que poner de su lado para entenderlo, para ayudarlo y para curarlo”, cerró sumamente emocionado en una entrevista que puede verse en el Facebook de la Municipalidad de Apóstoles.