El 11 de mayo de 1826, en la localidad catamarqueña de Piedra Blanca, nacía Mamerto de la Ascensión Esquiú, en el seno de una familia sencilla y trabajadora.
“Seis éramos los hijos venturosos de estos padres tiernos que, son bienes de fortuna y en humilde estado de labradores, eran felicísimos en la tranquilidad de su virtud… y en las dulzuras de una vida abocada a su familia y a Dios”, rememoraría posteriormente el propio fraile.
A los 5 años de edad, su madre lo vistió con el hábito de San Francisco, en cumplimiento de una promesa que hiciera por su restablecimiento, al nacer gravemente enfermo. Mamerto, en calidad de aspirante a la Orden, con apenas con 10 años, entró al convento franciscano de Catamarca.
El 15 de mayo de 1849 celebró su primera misa. Como sacerdote se distinguió particularmente en la predicación.
Se hizo conocido a nivel nacional en 1853, al pronunciar el sermón sobre la Constitución Nacional, pidiendo por la paz y la unión de los argentinos.
Entre 1855 y 1862, aceptó también desempeñar un papel político activo, como diputado y miembro del Consejo de Gobierno de Catamarca.
Fue consagrado Obispo de Córdoba el 12 de diciembre de 1880. Predicó en casi todas las iglesias y capillas de la provincia, dio ejercicios espirituales en varios lugares; creó el Taller de la Sagrada Familia, lugar de trabajo para las mujeres sin recursos; y el Seminario Diocesano se vio enriquecido el restablecimiento de los estudios teológicos.
Falleció en plena actividad, en la posta de “El Suncho” (Catamarca), el 10 de enero de 1883, a los 57 años.
Fue declarado Venerable en 2006 y el 18 de junio de 2020 el papa Francisco promulgó el Decreto sobre el milagro atribuido a su intercesión en Tucumán, en favor de una recién nacida con osteomielitis femoral grave en 2016.
Esto habilitó su proceso de Beatificación que se cumplimentó el 4 de septiembre de 2021 en su provincia natal.
Fuente: fraymamertoesquiu.org.ar