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Los actos de solidaridad se multiplican y más durante esta dura situación por la que atraviesan muchos. La pandemia de COVID-19 dejó secuelas en los grupos familiares, pero también sirvió para mostrar los buenos actos de los vecinos.
Un caso de ayuda es el que se registra en Puerto Libertad y que lo lleva adelante el vecino Hugo Bogado, quien ofrece pan y chocolatada de forma gratuita a los lugareños. En conversación con PRIMERA EDICIÓN, el hombre relató cómo nació la iniciativa que lleva adelante desde hace varios días.
“Me van quedando los panes y antes de hacer pan rallado se me ocurrió colocar en bolsitas o dejarlos en la mesa, poner en la vereda y regalar a los vecinos de mi localidad”, señaló.
Agregó que “son panes del día anterior y son comestibles, pero no son para la venta. Por eso, antes de hacer el secado para el pan rallado, prefiero hacer esto”. Asimismo, aseguró que “la intención fue ayudar con lo poco que uno puede”.
Bogado se dedica a la panadería y confitería hace unos 13 años. “La necesidad siempre está y con esto ayudo un poco porque lo que pongo no es que alcanza para todos porque tampoco es mucha cantidad”, deslizó.
Por el momento, la mesa con los panes y alguna bebida caliente como chocolatada se encuentra dos veces por semana. “Esos días estaba fresco por eso agregué una chocolatada en termos para que los vecinos se sirvan un vaso y sigan su camino”, contó.
En cuanto a la aceptación por parte de los lugareños, Bogado mencionó que “al principio tenían un poco de vergüenza de acercarse y llevar. Unas 2 o 3 horas tardaron en llevar los panes la primera vez que puse; pero la segunda vez llevaron con más confianza”.
“Pongo una mesa en la vereda y por ese lugar pasan los chicos que van a la escuela, el que barre la calle o el colono. El objetivo es que quien necesita que lo agarre y lleve porque esto no tiene costo”, apuntó.
Asimismo, Bogado afirmó que “siempre fui de ayudar y de colaborar en silencio, sólo que ahora saqué el producto a la calle”. Por último, el vecino de Puerto Libertad aseguró que este acto “enriquece el alma y alivia el corazón”.