Una de ellas es confeccionar una “check list” (lista de control). Esto es algo que lleva a cabo un piloto de avión antes de despegar. Siguiendo una lista, va comprobando elemento por elemento. Lo mismo hace un bombero antes de dirigirse a combatir el fuego, o un médico cirujano cuando va a operar a un paciente. Cada uno de ellos revisa que cada situación esté en su lugar.
Por supuesto con el tiempo y la práctica, lo hacen en piloto automático y de este modo, aun cuando no sean conscientes, están ahorrando combustible psíquico para que, en caso de que la operación se complique, cuenten con recursos internos para enfrentar lo que venga. Por ejemplo, si el avión entra en una etapa de dificultad, el piloto podrá pensar qué le conviene hacer.
¿Qué nos sucede a nosotros muchas veces? Nos quedamos sin recursos. Esto es así porque vamos gastando nuestras fuerzas sin darnos cuenta. Entonces, una simple lista de control nos puede ayudar a ahorrar la energía de nuestra mente. ¿Cómo lo hago? Antes de arrancar el día, me tomo un tiempo para anotar las cosas que debo hacer a lo largo de esas 24 horas. Las anoto y las voy tildando a medida que las realizo.
Aquí es muy importante dejar siempre un punto para los imprevistos. También es fundamental, una vez que enumeramos todas las cosas que vamos a hacer, llevarlas a cabo de principio a fin. No dejar nada para mañana o más adelante. Supongamos que arranco con “a”, que es enviar varios mails, empiezo y termino. Los envío todos y no me detengo hasta finalizar la tarea. Recién ahí continúo con la siguiente.
Algunas personas son lo que se denomina “multitask” (multitarea) y se enorgullecen de ello. No se dan cuenta de que actuando así se desgastan. Alguien que es multitarea envía un mail, después hace un llamado, luego hace un poquito de otra tarea y vuelve a la anterior, para seguir a continuación con la siguiente. Esto no es aconsejable porque está comprobado que nuestra atención no puede estar en varias actividades a la vez, sino que va girando de a una por vez.
Esos pequeños movimientos, para ir de acá a allá y otra vez para acá, generan un desgaste de energía emocional tan grande que necesitamos el 60% más de tiempo a la hora de ocuparnos de nuestra rutina. Recordá: la atención es la puerta de entrada a la memoria para registrar, recordar, evocar, reconocer datos y recursos. Si tu atención deambula de un lado a otro, gastás combustible psíquico innecesariamente y te desorganizás.
Lo ideal, sobre todo en épocas de gran demanda externa, es seguir una “check list”, ir punto por punto, empezar y terminar y concentrarse en una sola cosa por vez.
Así ahorramos fuerza interior para los imprevistos y las dificultades, ganamos mucho tiempo y actuamos más eficazmente, lo cual nos permite rendir mejor y sentirnos bien.