La Asociación Civil Voluntades nunca paró de llevar donaciones a los pacientes internados y familiares en los centros de salud. Sobre esto, su presidenta, Maia Ayrault, contó a PRIMERA EDICIÓN que este año “la situación es más compleja y ahora hay también muchos pacientes con dengue. Los familiares tampoco pueden ingresar como antes, sólo pueden hacerlo una vez al día y un rato, el resto tiene que esperar afuera. Algunos tienen parientes en Posadas, pero otros se tienen que quedar a dormir afuera del Hospital y con frío”.
Ahora una de las voluntarias confecciona cobertores hechos de retazos de tela para ser donados: “Sucede que a veces las personas piensan que van a venir por un día, pero tienen que quedarse internados mucho más. Al Instituto Misionero del Cáncer (IMC) llegan con familiares para sus quimios y también tienen que esperar algunas horas. Los cobertores y las almohadas, son hechos con retazos de tela donadas por modistas y las ropas que llegan porque no usan más”.
Maia Ayrault explicó que “en 2020, cuando comenzó a hablarse de la pandemia bajamos las actividades hasta que en marzo se paró todo en los cuatro hospitales donde los voluntarios ingresábamos pieza por pieza. En ese momento, como seguíamos recibiendo tantas donaciones y llegando ya el invierno, nos reorganizamos para trabajar desde afuera, con un nexo interno al que llevamos una vez por semana la bolsa correspondiente, con todos los cuidados. Esto se hace cada miércoles, con lo que sabemos que necesitan en cada hospital más las cosas puntuales que surgen dentro, que antes los veíamos cara a cara, pero ahora ya no podemos”.
Antes, “un grupo iba al Madariaga, otro al Instituto Misionero del Cáncer, Hospital de Pediatría y Hospital de Fátima. Con el IMC hubo un convenio con la Fundación Donde Quiero Estar, que hoy están en 23 provincias, fuimos capacitados y entramos con un programa de arte y reflexología, con masajes, que nos fue muy bien. También llegamos a hacer la primera exposición en Misiones”, agregó.