El 77% de los argentinos duda sobre el efecto de las últimas medidas restrictivas impulsadas por el Poder Ejecutivo para hacerle frente a la ola de contagios de coronavirus y el 60% considera que la falta de vacunas es, al menos, una impericia por parte de las autoridades nacionales de acuerdo a una encuesta privada a la que accedió el diario El Cronista.
De acuerdo a un estudio titulado Confinamiento, causas y resultados, el 77% de los argentinos expresó sus dudas a propósito de los resultados que acarreará el nuevo confinamiento impulsado por el Ejecutivo en el marco de la pandemia de coronavirus. El dato responde a una medición realizada por D’Alessio-IROL y Berensztein durante mayo a 1.164 encuestados mayores de 18 años de todo el país.
Asimismo, de acuerdo a ese mismo estudio, al ser consultados sobre los motivos por los que consideran que ha crecido principalmente la ola de contagios, el 55% apuntó a la responsabilidad a la población. Pero también, los encuestados apuntaron contra el Gobierno por la distribución poco eficiente o equitativa (12%) y la falta de vacunas (24%).
Sobre este punto, el estudio arroja que la falta de cuidado personal en el Gran Buenos Aires (40%) es más acusada como responsable del contagio que lo ocurrido Ciudad de Buenos Aires (26%).
En tanto, ante la pregunta: “¿Por qué cree que el Presidente decretó estos días de confinamiento en el país?”, los consultados se inclinaron a tres causantes: colapso sanitario, incertidumbre sobre la llegada de vacunas y la imposibilidad de controlar el contagio, en especial en el Gran Buenos Aires.
Descontrol en CABA
De acuerdo a lo señalado en el informe, sólo los votantes del Frente de Todos y los millennials (35%) mencionan el “descontrol” en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que gobierna el referente del PRO Horacio Rodríguez Larreta.
Ahora bien, para los encuestados, el último DNU impulsado por el presidente Alberto Fernández respondería tanto a una real preocupación del Gobierno por los contagios y al colapso del sistema sanitario como a su reconocimiento del fracaso en tener fecha cierta para la llegada de las vacunas. Además, entre los encuestados, suponen que el decreto será más acatado por los residentes en la Ciudad de Buenos Aires (38%) y, menos, en el extremo opuesto, por quienes viven en el GBA (16%).
Por último, el 60% de los consultados indicó que la falta de vacunas es, al menos, una impericia por parte de las autoridades nacionales.
Sobre las respuestas obtenidas, desde la consultora concluyeron que “tanto en la responsabilidad de la situación actual, como en el resultado del DNU lo que impacta es la ideología”.
El asterisco en el DNU de Alberto
Para evitar un golpe anímico en la opinión pública, el comité de expertos que asesora a Alberto Fernández en la pandemia ya le había advertido que las nuevas medidas debían tener “principio y final”, para dejar atrás el concepto de “cuarentena eterna”, que instaló con éxito la oposición en 2020.
El último consejo de los expertos, además, fue que era necesario un confinamiento de 21 días. El Presidente lo decretó nueve, hasta el 30 de mayo.
Con la economía en mente, en un débil equilibrio entre la obligada reactivación y la falta de caja para ayudas sociales, el mandatario acortó el período reclamado, a sabiendas que el impacto de la menor circulación, con la ansiada disminución de casos, recién se reflejará después en las estadísticas.
Hay un asterisco en el DNU: el siguiente fin de semana, el 5 y 6 de junio, se volverá a una virtual Fase 1 en las zonas declaradas en alerta epidemiológica. Para avanzar, Fernández apuesta al respaldo del Congreso a través de la bautizada “ley de Pandemia”.