Un 31 de mayo daba comienzo a la XIII edición de la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA México 1986. La misma tuvo lugar desde dicha jornada hasta el 29 de junio del mismo año. México se convertía así en el primer país en celebrar dos veces una Copa del Mundo.
Esto se debió a que el Comité Ejecutivo de la FIFA, tras una reunión en Estocolmo, Suecia en mayo de 1983, decide sustituir la sede seleccionada en 1974, Colombia, el cual tuvo que declinar en noviembre de 1982 ante la imposibilidad de cumplir con los requerimientos que FIFA exigió para celebrar el evento.
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En medio de este cambio de sede, nadie imaginaría que sería uno de los mejores mundiales de la historia, con el agregado de que la Argentina ganaría su segundo mundial, después de 1978 con un jugador único que a la postre sería catalogado como el mejor del mundo, inclusivo mejor que Pelé. Su nombre Diego Armando Maradona.
El “10” de la selección “Albiceleste” ya se había consagrado campeón del Mundo Juvenil en 1979 en Japón y tras coronarse campeón con su amado Boca Juniors, tuvo un paso fugaz por el Barcelona, donde a pesar de intermitencias por enfermedad y por una tremenda rotura en la pierna, conquistó la Copa del Rey, la Copa de la Liga y la Supercopa de España en 1983. Un año en el Mundial de España no pudo brillar, pero en México otra sería la historia…
Retornando a este Mundial, fueron 24 selecciones las que acudieron al torneo y 52 partidos celebrados, al igual que en el mundial anterior, España 1982. La mascota del mundial fue Pique y el balón oficial fue el Adidas Azteca México, dicho balón fue el primero fabricado con materiales sintéticos, lo que aumentaba la impermeabilidad y la durabilidad, brindando mejor rendimiento en campos de juego duros, con mucha humedad y a grandes alturas.
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En dos partidos de los cuartos de final del torneo sucedieron hechos destacados y sin precedentes en el fútbol: en el partido Argentina – Inglaterra, Diego Armando Maradona (que en el primer tiempo fue golpeado duramente con un codazo por Terry Butcher, que el árbitro no vio), convirtió dos de sus goles más famosos, uno que consiguió tocando el balón con la mano que el árbitro dio por legal y que el mismo jugador aceptó después al afirmar que había sido la mano de Dios.
Minutos después Maradona zarpó desde media cancha burlando a cuanto adversario se cruzaba en su camino consiguiendo de esta forma el mejor gol de los mundiales y uno de los mejores en la historia del fútbol, conocido como el Gol del Siglo.
Por su parte en el partido Brasil – Francia, Bruno Bellone erró un penal al estrellarse el esférico contra el poste, pero al rebotar el balón sobre el cuerpo del arquero Carlos Gallo entró al arco, siéndole concedido el gol. Los brasileños protestaron para que fuera anulado el gol pero el árbitro rumano Ioan Igna se ratificó en su decisión, que posteriormente fue avalada por la International Board.
Como otro dato anecdótico, en este torneo también sucedieron dos expulsiones destacables: Cayetano Ré (entrenador del seleccionado paraguayo) fue el primer director técnico en la historia de los mundiales en ser expulsado de la banca de su equipo en un partido, por exceso de reclamos frente al árbitro búlgaro Bogdan Dotchev durante el encuentro contra Bélgica que terminó en un empate 2 a 2.
Mientras que el jugador uruguayo José Batista tuvo el deshonor de haber sufrido la expulsión más rápida de la historia de los Mundiales, al recibir una tarjeta roja cuando solo se llevaba 56 segundos del partido de su equipo contra Escocia.
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Previa dramática
La realización del torneo en México estuvo en peligro debido al terremoto, suscitado principalmente en la Ciudad de México y estados vecinos la mañana del 19 de septiembre de 1985, a ocho meses del arranque de la Copa, siendo a la fecha el peor ocurrido en la historia de México, produciendo más de 10 000 muertes y demandando una inversión de 2000 millones de dólares para la reconstrucción, por lo que el comité organizador tuvo pensada la suspensión del torneo.
Sin embargo, a pesar de las consecuencias desastrosas ocasionadas por el sismo, los estadios designados como escenarios de los partidos, así como las diferentes infraestructuras futbolísticas, no resultaron afectadas, por lo que se decidió continuar con la organización del evento.
Para esta edición, el formato del torneo volvió a cambiar. La segunda ronda ya no sería una fase de grupos, como sucedía desde 1974, sino que volvería al antiguo sistema de eliminación directa, pero en esta ocasión se agregarían los octavos de final, debido al aumento de las selecciones participantes que se produjo en el mundial anterior. También clasificarían a esta etapa eliminatoria los cuatro mejores terceros, junto con el primero y el segundo de cada grupo, método que se mantuvo hasta la Copa Mundial de Fútbol de 1994.
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