Docentes y preceptores de la CEP 36 Posadas (avenida Corrientes 2.400) preparan el desayuno y la merienda diaria a sus alumnos. Sin cocina, sin comedor y con recursos propios, se encargan de que no estudien con el estómago vacío.
Son las 8 de la mañana y el preceptor Gabriel comienza a hacer el desayuno a sus estudiantes. Conecta el anafe en la sala de preceptoría y en una olla agrega saquitos de mate cocido y azúcar que fueron donados por los mismos docentes. Calienta la leche, corta el pan y espera el timbre del primer recreo de la mañana. Afuera, una larga fila de jóvenes de entre 13 y 18 años, esperan su primera comida del día.
Una iniciativa antigua
“El tema del desayuno es algo que viene con la historia de la escuela. Siempre intentamos darle a nuestros estudiantes, alguna comida a la mañana y a la tarde. Todo siempre fue con recursos propios y a veces los mismos chicos se iban turnando para preparar el pan con dulce”, contó a PRIMERA EDICIÓN el profesor de historia de la CEP 36, Alejandro Iparraguirre.
La iniciativa se llevó a cabo durante algunos años pero, “después de un tiempo se nos hizo imposible sostenerlo en el tiempo y tuvimos que suspenderlo”.
Retomaron la propuesta
Este año, la iniciativa comenzó con un grupo de alumnos de cuarto año. “Se pusieron de acuerdo para juntar plata para el desayuno del curso”, contó. Cuando el director de la CEP 36, Luis Pedrozo, se enteró de la propuesta de los estudiantes, decidió apoyarlos y ampliar la iniciativa para todos los alumnos del nivel secundario.
“Golpeamos muchas puertas pero todavía no recibimos ningún tipo de ayuda”, señaló Iparraguirre. Nuevamente con aportes exclusivos de los docentes y preceptores de la escuela, se pusieron manos a la obra.
“No somos muchos, pero cada uno aporta lo que puede. Hace aproximadamente un mes, cuando comenzó el frío, que gracias al granito de arena de cada profesor los chicos pueden estudiar con algo en el estómago”, destacó.
Esperan el desayuno
Según contó el profesor de historia, “al principio costó que los alumnos se animen a pedir porque les daba vergüenza. Pero ahora cada vez se acercan más. Los chicos esperan que llegue el momento del desayuno. A veces hay pan, otras galletitas o budines… lo que los docentes consiguen, lo ponemos en la mesa para compartir”, contó.
En total, cerca de 330 chicos estudian en la CEP 36 y, según dijo el profesor de historia, “más del 30% cuenta con el desayuno que les preparamos”.
Piden también por los secundarios
Desde hace años que Iparraguirre insiste a las autoridades con la ampliación del programa Copa de Leche a las escuelas secundarias: “¿por qué sólo incluyen a los alumnos de primaria y no a los de la secundaria, si también son niños y tienen los mismos derechos?”, cuestionó.
A pesar de que en diciembre del 2018 el docente emitió una nota a la Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones pidiendo por la ampliación de este beneficio, hasta el día de hoy no tuvo respuestas. “Un alto porcentaje de alumnos secundarios van a clases sin comer”.
Piden colaboración
Ya que los insumos los compran entre los docentes, temen que la iniciativa deba suspenderse nuevamente por falta de recursos. Es por ello, que piden colaboración: “con paquetes de azúcar, yerba o pan. Todo es bienvenido”, dijo.