Cuando estés cansada no te rindas. Mira el cielo, trae una esperanza, mira las plantas siempre florecen.
Cuando estés cansada sólo para, haz silencio y respira, espera pronto vendrá la contestación que tanto anhelas.
Cuando estés cansada piensa en algún momento de felicidad, eso también existe dentro tuyo. Piensa, es solo cansancio. Y esto también pasará.
Cuando estas cansada ese es el momento, no te rindas sólo siente que no estás sola, nunca estamos solos, estamos protegidos. Somos almas que vinimos a realizar nuestra experiencia.
¡Pide! Mira al cielo, mira dentro. No te deprimas siempre existe una salida, no desesperes, nunca estamos solos.
Cuando estés cansada detente, reflexiona, es el momento para aprender de la experiencia.
Justamente es por eso que viene el cansancio o llega el dolor. También la enfermedad nos da una pista de dónde quedó nuestra energía, pensamiento o emoción frizadas, mira dentro de ti y recuerda que alguna vez tuviste el cielo en la tierra.
Recuerda esos momentos de plenitud, de amor, de expansión, haz el camino desde el presente hacia esos momentos y hallarás cuándo, cómo, dónde y por qué te desconectaste de vos misma, de la fuente divina de amor, del todo donde también tienes tu parte y tu lugar. Ese es el momento, búscalo, está dentro tuyo, nadie de afuera es el culpable simplemente te muestra dónde está tu debilidad, tu punto de no luz, tu grieta por donde puedes perderte en la ilusión.
Simplemente busca dentro de ti y repárate, dáte amor, todos tenemos una parte débil, un niño herido, un adolecente rebelde, un adulto frustrado. Simplemente reconoce esa parte en ti y tendrás la mitad del camino despejado. No lo niegues, esa es tu sanación.
Si no puedes solo busca ayuda. Pide consejo, llama a tus ángeles o en quien tus creas, todos creemos en algo, todos tenemos a alguien. Busca una mirada, una sonrisa, mira hacia el cielo, respira el aire fresco y sigue, sigue adelante buscando dentro de ti tu mejor versión.
Todo pasa cuando puedes ver y reconocer aquellos puntos dentro que hay que iluminar.
Ese es el camino.
Si encuentras una pluma en el camino, una flor en tu vereda, si alguien te sonríe y no lo conoces, si un perro viene y te pide caricias, si una paloma viene a tu ventana.
Sabes que te recuerdan que vos también formas parte del ciclo de la vida.
No te quejes, solo los niños lo hacen y ellos dependen de los grandes, no te quejes, si ya viste qué te sucede será momento de encontrar dentro tuyo las repuestas.
¡Confía!