Una palabra que encierra tantas cosas, todo lo bueno, lo que nos toca el corazón, aquello que nos deleita, tiene algo en común: el equilibrio.
Si pensamos en una melodía, está hecha de 7 notas, no existe una mejor que la otra, todas son necesarias para lograr la melodía soñada, el secreto está en aprender a combinarlas y encontrar la importancia que tiene cada una dentro de esa melodía ya que si solo tocáramos una nota, obtendríamos un ruido molesto.
El éxito tanto interior como exterior se rige por el equilibrio, una vida feliz está compuesta por varios ingredientes: la familia, los amigos, el trabajo, el deporte, el tiempo para estar con uno mismo; y todo es necesario porque si dejamos algo de lado o nos abocamos a una sola área perderíamos el equilibrio y tendríamos en nuestro interior esa sensación de vacío, que nuestra vida no tiene el brillo que quisiéramos o que está incompleta.
Para poder encontrar nuestro equilibrio es vital estar en permanente contacto con nuestro yo interior, tomar conciencia de lo que sentimos cuando hacemos algo o cuando estamos con alguien, estar atentos a estos sentimientos que nos guían para poder equilibrar nuestra vida.
Nuestro tiempo y nuestro corazón son muy valiosos, solo se trata de dar nuestro tiempo a aquello que nos agrega valor, las personas que nos llenan el corazón, los libros que nos ayudan a crecer, los aportes que podemos hacer en nuestro trabajo para darle un plus, un poco de cada cosa sin poner todo nuestro tiempo en una.
Muchas veces resulta difícil estar en equilibrio ya que las distracciones y las demandas son permanentes, todo parece urgente y sentimos que tenemos varios “platos para atajar y solo dos manos”. Es normal que esto suceda, porque cada vez se vive más rápido y muchas veces se confunde lo urgente con lo importante, pero está en nosotros volver a nuestro centro, “parar la pelota” como se dice en el fútbol, enfocar y luego seguir jugando.
La vida es un desafío maravilloso, tenemos todo en nuestras manos y somos los creadores, nosotros combinamos los ingredientes, somos los que tomamos las decisiones o no las tomamos (y eso también es una decisión), todo está en nosotros, tenemos el poder y la libertad para elegir aun cuando parece que no hay muchas opciones.
Lograr el equilibrio es un ejercicio constante, todo el tiempo habrá sacudones externos e internos que nos afecten ya que todo está en constante cambio, por eso es fundamental, estar conectados con nuestro centro y volver a él una y otra vez las veces que sean necesarias.
El equilibrio es la clave, cuando actuamos desde ese lugar cualquier cosa que hagamos o digamos será la mejor opción, la decisión más acertada y la que construya una vida feliz donde nos sintamos plenos y no tengamos nada pendiente, nadie sabe hasta cuándo estamos en este mundo, pero todos tenemos el poder de elegir vivirlo disfrutando y aprendiendo al máximo de nuestro potencial y eso solo lo podemos hacer cuando estamos en equilibrio cuerpo, mente y espíritu.