
Una sonrisa en el rostro se le dibuja al posadeño Ezequiel Monferrer (18) cada vez que recuerda la mejor noticia que recibió en los últimos tiempos. El miércoles pasado, apenas llegó de su última gira por Europa, el misionero confirmó que está clasificado y jugará la qualy de Wimbledon Junior, la versión del Grand Slam reservada para players de 18 años o menos de todo el mundo.
El misionero se ganó ese lugar al mantenerse en el puesto 73 del ranking mundial que la International Tennis Federation (ITF) elabora para la categoría. En esa lista, Ezequiel fue durante todo el año -y aún es- el mejor argentino. Sin embargo, hay un detalle no menor: Monferrer tiene apenas once días para reunir los 10 mil dólares que cuesta el viaje. Todo un desafío.
Mientras busca sponsors y, con confianza, se prepara para el que será su primer Grand Slam y su primer torneo oficial sobre césped, Eze habló con EL DEPOR y contó sus expectativas para lo que se viene, además de dos anécdotas imperdibles que vivió días atrás en Roland Garros, donde entrenó y compartió vestuario con el serbio Novak Djokovic, el número 1 del mundo; y el alemán Alexander Zverev, actual 6º.
Eze, ¿cómo te enteraste que estabas clasificado para la qualy de Wimbledon?
Por el ranking venía viendo las posibilidades y sabía que había chances. A Roland Garros Junior no pude entrar porque, por la pandemia, no hubo qualy y quedé a dos puestos de clasificar al cuadro principal. Con todo eso, sabía que existía una posibilidad, pero estaba esperando que se publique la lista de aceptación para confirmar. Por suerte salió esa lista y estoy adentro.
Una noticia tremenda…
Es el sueño con el que sueña todo jugador de tenis desde la primera vez que entra a una cancha. Lo primero con lo que uno sueña es llegar a este tipo de torneos, que son lo máximo. Se dio, así que ahora a prepararme y a disfrutarlo. Va a ser mi primer Grand Slam.
¿Te ponés algún objetivo?
Uno siempre se pone objetivos y obviamente tenemos muchas metas. Una de ellas es intentar mejorar cada día y plasmarlo en los partidos. Quizás mi objetivo no pasa tanto por los resultados, si no en poder desplegar todo el trabajo que realizamos con mis entrenadores.
¿Qué te falta para decir “presente” en Wimbledon?
Ahora estamos buscando sponsors. El tenis es un deporte caro, los viajes son caros. Cualquier ayuda de una empresa, de cualquier persona, va a ser muy importante. Mi familia también está en esa búsqueda.
Por dar un ejemplo, este viaje tiene un costo de 10 mil dólares por tres semanas para mí y mi entrenador. Y esa es quizás la diferencia en cuanto a los jugadores que están en Europa, que juegan entre 20 o 25 torneos por año. Yo debo estar jugando unos 15 torneos ITF por año, me faltarían 7 u 8 más, es como que quienes están allá terminan teniendo cierta ventaja en ese sentido.

En cuanto a lo deportivo… ¿cuánto cambia jugar sobre césped en comparación con el polvo de ladrillo?
Wimbledon va a ser mi primer torneo sobre césped. Y es cierto que los argentinos no tenemos mucha experiencia. Como dijo Vilas, el pasto es para las vacas (se ríe). Lo importante va a ser aprovechar la experiencia.
Y del polvo de ladrillo al césped cambia mucho, por ejemplo, en el pique de la pelota, que en el césped no es tanto que pica si no que resbala. Imaginate que se juega con zapatillas con taponcitos, porque a su vez el jugador también se resbala mucho.
¿Ya tenés programada esa nueva gira?
La idea es viajar a Londres el 23 de junio, siempre y cuando consiga el presupuesto. El primer torneo va a ser una semana antes de Wimbledon, es el J1 de Roehampton, a 20 minutos de Londres. Se juega sobre césped.
Después Wimbledon, donde la qualy arranca el 3 de julio, y luego creo que me vuelvo para prepararme de cara al US Open, que también requiere de un presupuesto importante, pero estamos en la búsqueda.
Actualmente sos el mejor argentino en el ranking ITF Junior… ¿Orgullo o presión?
Es un orgullo, uno siempre quiere estar primero. Y más que una presión, yo lo tomo como una motivación para dar siempre lo máximo. Actualmente estoy en el puesto 73 del ranking mundial pero creo que puedo mejorar, el tema es lo que te digo, los viajes están complicados, tanto por lo económico como por la pandemia.
Respecto a esta última gira por Europa… ¿qué balance hacés?
El balance fue positivo, obtuve buenos resultados y tuve la posibilidad de jugar la final del J3 de Lousada, en Portugal. Eso me permitió ahora ingresar a la qualy de Wimbledon. Y quedé a dos puestos de Roland Garros, que no tuvo qualy. El cuadro principal fue de 56 jugadores y yo quedé 58 en la lista de aceptación.
De todas maneras, estuve entrenando en el predio y pude compartir vestuario y cancha con los profesionales. Fue una experiencia muy buena, no me la olvido más.
Ufff… una experiencia inolvidable… ¿hay alguna anécdota?
Sí, sí… estaba en el vestuario, salgo de bañarme y me di cuenta que no había traído toalla. Sin querer, digamos, por reflejo, agarré una que estaba ahí colgada. A los pocos minutos sale Djokovic de la ducha de al lado y se pone a buscar su toalla. Y yo, mientras, secándome.
“Hola, cómo estás”, me dijo. Y fue como bastante obvio que esa era su toalla. Me miró, se rió, nos reímos, y se fue a buscar otra toalla. Se puede decir que me robé la toalla de Djokovic (se ríe).
Después también pude estar y ver los partidos de Del Bonis. Y tuve la suerte de entrenar con Zverev. Eso fue increíble.
Entrenaste con el número 6 del ranking mundial… ¿cómo se dio? ¿cómo fue enfrentar ese nivel?
Ellos te piden si podés hacerles de sparring para entrenar algún ejercicio, alguna cuestión en particular, lo que ellos quieran. Y fue algo increíble, hay una diferencia de nivel muy grande… La velocidad de pelota, la rapidez que tenés que tener para resolver, lo físico. Es un nivel muy alto.
¿Qué sueño tenés a corto plazo? ¿Y a largo plazo?
El sueño a corto plazo sería tener la posibilidad de jugar el US Open y terminar así jugando los dos últimos Grand Slam del año. Y a largo plazo, sueño con jugar Roland Garros como profesional. Para eso trabajo todos los días.