El próximo domingo celebramos el Día del Padre, que nos invita a reflexionar sobre el gran valor que tiene la figura paterna en cada hogar, especialmente en estos tiempos difíciles que está atravesando la humanidad. En medio de tantas incertidumbres, los padres son protagonistas de la vida de sus hijos, en su misión de amar, educar, estimular, nutrir y formarlos para la vida.
Celebrar hoy el día del padre, nos invita a enfocarnos sobre la esencia de nuestra vocación y misión de ser familia y padre/madre de una familia, desde la aceptación y desde la gratitud a Dios por esta hermosa misión que nos compromete y desafía en todo momento. En este tiempo de tantos cambios, una de las primeras actitudes para enfrentar las adversidades es la aceptación de la nueva realidad en la que estamos inmersos y en la cual debemos practicar la paciencia hasta volver a la normalidad.
En este tiempo de pandemia, además de ser el verdadero sostén económico de la familia también la paternidad va de la mano con su función educativa, social y afectiva. En este sentido los padres tienen la misión de mantener un sano equilibrio entre la cercanía y afecto que necesita el desarrollo emocional de los hijos sin perder de vista la autoridad que debe ejercer para marcar los límites que los ayude a formarse en estos tiempos. Frente a tantas situaciones de distanciamiento social y contagios que pone en peligro la vida, la figura paterna es un verdadero sostén afectivo que da seguridad emocional para nuestros niños y jóvenes. En este tiempo, también la paternidad cumple un rol educativo dentro del hogar, siendo el docente que acompaña en las tareas educativas desde el hogar. Frente al desgano generalizado que afecta a muchos niños y jóvenes en el estudio, la paternidad necesita reinventarse para motivarlos en enseñar a adaptarse a nuevos desafíos y enfrentar las adversidades de la vida. También es una nueva oportunidad para seguir aprendiendo y creciendo junto con los hijos…
Para animar a todos los padres, recuerda nuestro querido papa Francisco, que el verdadero camino de felicidad se logra cuando se apuesta a la formación integral de los niños y jóvenes de nuestra sociedad. Un papá es feliz cuando su hijo actúa con sabiduría y rectitud. Es lo que uno ha enseñado: el hábito de sentir y obrar, hablar y juzgar con sabiduría y rectitud… enseñando lo que no sabías, corrigiendo los errores, haciendo sentir un afecto profundo y al mismo tiempo discreto…(papa Francisco).
Es un tiempo que también nos invita a fortalecernos espiritualmente, confiando en nuestro Dios que nos sostiene en todas las circunstancias de la vida. Ojalá que podamos encontrar momentos para rezar juntos en familia, leer y meditar la Palabra de Dios, poder participar de la Eucaristía para agradecer por el don de la vida. También para elevar nuestras plegarias para tantos seres queridos que descansan en la paz del cielo. Que celebremos este día del padre confiando en el amor de nuestro Dios Padre que nunca abandona a sus hijos.
Que en cada hogar exaltemos el don de la paternidad, con un corazón lleno de gratitud por la vida que se va fortaleciendo en cada familia que es una verdadera escuela de amor donde aprendemos a aceptar las diferencias, a colaborar mutuamente, a superar los contratiempos juntos con la confianza puesta en Dios, sabiendo que las adversidades son excelentes aprendizajes que va fortaleciéndonos como personas y como familias. Que este día del Padre, sea una verdadera oportunidad de fortalecimiento de los vínculos familiares para que puedan celebrar la bendición de ser familia con paciencia, amor y esperanza.
¡Felicidades y que el Dios de la vida, colme de bendiciones a todos los padres en su día!