El Gobierno nacional dará a conocer hoy el dato de la inflación correspondiente al quinto mes del año y, sea cual fuere el número, mientras esté por debajo de los cuatro puntos porcentuales, se intentará vender como una desaceleración. Y técnicamente es así, porque si el punto de partida es aquel monumental 4,8% de marzo pasado, todo lo que vino después estuvo por debajo (aunque nunca por detrás del 3%).
Ahora, lo que no se puede olvidar bajo ningún punto de vista, es que 4,8% para un mes es demasiado, cualquiera sea el país del que se hable.
Diversas consultoras que mes a mes proyectan el Índice de Precios al Consumidor estimaron que la inflación de mayo se ubicó alrededor del 3,5%, lo que llevaría el alza de precios acumulada en el año al 21%, y a cerca del 50% en los últimos doce meses.
De confirmarse, se trataría entonces de otra cifra negativa para la estrategia oficial. Y si bien casi todas las estimaciones privadas esperan una desaceleración en los próximos meses, parece resuelto que en mayo se mantendrían los aumentos en los precios de los alimentos por encima del nivel general. Con aquella meta testimonial del 29% próxima a romperse, queda por verse cuándo se superará la nueva proyección oficial del 33%. El año les quedó muy largo.