Me pregunto ¿creen que es posible ponerle colores a esta palabra que esconde como sinónimo la palabra vacío? Desde mi humilde opinión creo que sí, siempre está la posibilidad de ver un arcoíris sin importar la situación vivida, en este caso la pérdida vivida, la cuestión es si queremos hacerlo porque de poder todos podemos, pero de querer hacerlo no.
Decir adiós a una persona, a una relación, siempre incluye una cuota de tristeza, pero si podemos descubrir los colores que encierran esas pérdidas, encontraríamos recuerdos, que además de hacernos llorar, también nos sacan una sonrisa y seguro nos dejan un aprendizaje.
Seguramente escucharon hablar de las 5 etapas del duelo, negación (la cual es cuando vemos todo oscuro, sin luz, sin vida, podría decirse que vemos todo negro), ira (de repente aparecen los colores todavía negativos la cual en esta etapa predomina el rojo), negociación (donde todavía sigue el rojo, pero va cambiando hacia un violeta tenue, en esta etapa empiezan los cambios), depresión (esta es una de las etapas más difíciles de salir, y es de color verde, acá la tristeza junto con la angustia son las protagonistas) y aceptación (donde el violeta color del verdadero cambio cierra este ciclo).
Desde la cromoterapia le agregaría dos etapas, la etapa del aprendizaje en donde todo lo vivido y pasado por cada etapa, tiene una enseñanza, una vez que uno lo puede observar y entender eso, la paz empieza a llenar ese vacío y lo más importante: la tristeza sonríe.
La etapa de la Luz es donde los colores comienzan a aparecer mostrando su lado positivo y descubrimos que al vacío lo llenamos nosotros, con nosotros mismos.
Descubrimos que cada experiencia es única, que en este camino que es la vida, disfrutamos de cada paso, de cada proceso, y solo nos queda decir ¡gracias, por lo que tuve, gracias por lo soy, gracias por lo que puedo ser!
Cada uno a su tiempo, la paciencia es importante, cada corazoncito es único.