Este mundo “real” necesita poder encuadrar todo dentro de moldes o estereotipos conocidos y ya sea por miedo, por ignorancia o falta de fe nadie cuestiona esos modelos aceptados como correctos y muchos se empeñan en “encajar” dentro de ellos. Como dice una estrofa de una canción de Alejandro Lerner: “Me dejaron ser distinto si era igual a los demás”.
Lo cierto es que todos somos originales, no hay dos personas iguales y por tanto tampoco moldes capaces de definirnos. Cada uno tiene destrezas, capacidades y sueños únicos. Empeñarnos en ajustarnos a moldes preestablecidos nos priva de desplegar nuestra paleta de colores única, lo que nos hace originales y descubrir el ser maravilloso que somos.
Cada niño va mostrando destellos de luz propios y está en nosotros, los adultos, incentivarlos a desarrollar su don natural, es una tarea de amor porque implica detenerse, mirar al otro, encontrar muchas veces lo que está escondido y empleando la fuerza del amor y la confianza ayudarlo a SER, sin imponer modelos, sólo guiando para que puedan desplegar toda su personalidad, aunque pueda ser muy diferente a la nuestra o al común de las personas. Tanto si miramos a otros o a nosotros mismos se trata de un ejercicio de aceptación y valoración, donde vemos las dificultades, pero también nuestras capacidades, aprendemos a darle valor a lo que somos y desde ahí nos animamos a desplegar nuestro ser de adentro hacia afuera.
Es también un acto de valor, de perder el miedo a la mirada del otro, a su crítica y comenzar a escucharnos a nosotros, cuando esto sucede, lejos de quedarnos solos como tanto temíamos, comenzamos a atraer y rodearnos de personas que son afines a nuestro verdadero ser.
Permitirnos ser únicos sin moldes es la forma más hermosa de decirnos y decir a alguien “te quiero” porque es conocer la esencia de esa persona o de nosotros mismos y querernos por eso, sin mirar resultados; es decir: “aquí estoy para compartir y aquí estaré sin importar el resultado”.
Todos tenemos algún talento especial, algo para lo que somos buenos sólo debemos mirarnos con amor para encontrarlo sin intentar encuadrar en moldes que no son nuestros como afirma Albert Einstein: “Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles vivirá toda su vida pensando que es un inútil”.