Angelo Paolo Pucheta tiene 9 años y vive en Puerto Libertad. Hace muy poquito se convirtió en el dueño de dos cobayas: Jandy y Lupita, conocidos comúnmente como conejitos (conejillos) de India o cuis.
Julia Natalia Gómez, mamá de Angelo, nos contó que las tienen desde hace 18 días (unos días más al leer esta nota), ya tienen 3 meses de vida.
“Una semana antes de tenerlas nos pusimos en campaña y el papá de Angelo (dueño de las cobayas) se puso a fabricar la casita”, una amplia y coqueta morada.
Dice Julia: “Cuentan con una habitación y un colchoncito dentro de su casita para poder dormir, y tienen dos camitas de dormir para cuándo hace mucho frío, ya que enseguida se enfrían sus orejitas”.
Jandy (es la de muchos colores) y Lupita (la marrón con carita blanca). Angelo está “feliz desde que están ellas. Él siempre pedía una mascota pero no le dejábamos, sólo le permitíamos traer aves que caían en la plaza con la tormenta, pero apenas se recuperan las larga o las entregamos al Güiraoga (vivimos frente a una plaza)”.
“A Lupita y Jandy las re mima, no las deja llorar enseguida dice: ‘que pachó mi corazón’ con voz de bebé y ellas parecieran le contestan”.
También “las defiende y cuida mucho e incluso es el único que se toma el tiempo de darle los premios como manzana en la boca. A la mañana saca la jaula al solicito y las cuida para que no venga ningún perro o gato para ese lado”.
“Cuando escuchan ruido de bolsas o me ven cocinar tienen hambre y lloran haciendo: ‘cuiiii, cuiii’ y enseguida Angelo les da su comida”.
Comen pasto, alimento para conejos, cubitos de alfalfa, zanahorias, achicoria, tomate, acelga y algunas otras verduras permitidas. Les encanta tomar mucha agua en el bebedero para roedores. Eso sí, “todos los días hay que limpiar la jaulita así no se enferman y no hay olor en la jaula. Al terminar de limpiar quedan contentas y lo podemos notar porque dan pequeños saltos y corren de aquí para allá”.
Suena divertido tener cobayos, pero ¡bien cuidados! Como los de Angelo que viven felices y muy bien atendidos, hasta tienen sacos de dormir impermeables. ¡Gracias por la historia!