
En la reunión de ministros de Economía del G20 en Venecia, Italia, se definió la creación de un “Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad” que podría darle lugar a los reclamos del sector encabezado por la vicepresidenta Cristina Fernández: un acuerdo con el Fondo Monetario (FMI) más largo y con menos tasa y, por otro lado, la posibilidad de que en el reparto de Derechos Especiales de Giro (DEG) haya más fondeo para los países con dificultades financieras.
El Fondo de Resiliencia “es parte del camino” para crear una tercera línea de financiamiento en el FMI y permite “adaptar los desafíos del organismo, con una línea con plazos más largos y tasas más bajas”.
Así lo evaluaron fuentes de Economía tras el final de la visita de Martín Guzmán con buena parte de su gabinete a Italia. “Este es un proceso. No se va a resolver este año”, aclararon. Ese fondo se constituiría “con una parte de los DEG de los países que no los necesiten”.
El organismo que dirige Kristalina Georgieva prevé aprobar una ampliación de los DEG por u$s 650.000 millones que se distribuirán entre los países miembro a fines de agosto para paliar los efectos de la pandemia en la economía y en el endeudamiento de los países, que viene en aumento.
En el G20 se planteó que las cesiones voluntarias de los países que no los requieran, integren ese fondo.
“Para los países menos avanzados sería conveniente”, aseguran en Hacienda, donde además remarcan que “América Latina no tiene una red sólida de financiamiento”.
La Argentina se encuentra negociando un nuevo programa con el FMI. Y la nueva línea no estará disponible antes de fin de año. Por eso el Gobierno quiere tener la posibilidad de poder tomar la nueva línea “de resiliencia” si tiene mejores condiciones que el acuerdo de facilidades extendidas.
“Cerrar filas”
Se trataría de una línea por u$s 100.000 millones en total, lo que es una capacidad de financiamiento “menor de que lo que tienen las otras líneas” por ahora.
Por otra parte, entre los canales de Venecia hubo también una reunión entre los países emergentes que integran el G20 en la que participaron Argentina, México, Brasil, Turquía y Arabia Saudita, con el objetivo de “cerrar filas” sobre el nuevo financiamiento, para que si hay aportes voluntarios de los Derechos Especiales de Giro, el fondo que se constituya contemple el apoyo de los países de ingresos medios.
Una de las variantes que se analiza en el Gobierno a partir del reparto de DEG que realizará el Fondo también es la cesión de forma bilateral, donde la Argentina -o cualquier otro país- podría recibir de forma directa los aportes de otras naciones-. “No está definido todavía”, explicaron desde Economía sobre si puede haber aportes voluntarios “uno a uno”.
El FMI indicó que estas propuestas se analizarán en el verano boreal, una vez que la junta de Gobernadores le dé luz verde a la ampliación más grande la historia del organismo, el próximo 2 de agosto.
Operativo: firmar antes de septiembre
Martín Guzmán intentará convencer a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se firme antes de las elecciones. En concreto, en la previa a los próximos vencimientos de deuda con el organismo.
El ministro trae esa premisa desde Venecia, desde donde regresó en la madrugada del miércoles. En la última semana tuvo reuniones clave con figuras centrales de la economía mundial. Se juntó por primera vez con la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, y también con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. También con sus pares de varios países centrales: Alemania, Corea y Japón.
Guzmán vuelve con la idea de que es necesario acordar antes de los vencimientos de la deuda con el FMI. No más allá de septiembre, indicó ayer Infobae.
El ministro escuchó la preocupación de parte del FMI y también de los países “ricos” por el nivel de las reservas del Banco Central. El Fondo quiere que el Gobierno se asegure la contención de las divisas que tiene atesoradas.
Los técnicos del organismo ya expresaron su rechazo a la idea de pagar los próximos vencimientos de deuda con los DEGs que se repartirán por la ampliación de capital del Fondo.
En paralelo, lo que estuvo sondeando Guzmán fue la posibilidad de que aquellos países que no necesiten ese aporte extraordinario puedan prestarlo a Argentina.
Lo que sí es claro es que se acercan las fechas en las que debería desembolsar unos u$s4.500 millones (entre septiembre y diciembre) por vencimientos que tendrán que saldarse con las debilitadas reservas del Banco Central, a menos que antes se firme un acuerdo con el FMI.
Además de los u$s1.900 millones que vencen en septiembre y los otros u$s1.900 millones de diciembre, habría que abonar u$s349 millones el mes que viene y otros u$s394 millones en noviembre.
A los que habría que sumarle la primera cuota de u$s215 millones con el Club de París de finales de este mes.
Para el FMI, hoy en día, las reservas del BCRA pasaron a ser la cuestión central del programa con la Argentina.