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A partir de la fuerte sequía que afectó la provincia el año pasado, aumentaron los reclamos y pedidos de agua potable en el barrio San Miguel de San Vicente. A partir de entonces el Municipio comenzó con la gestión ante el IMAS para conseguir la perforación de un pozo y la construcción de un tanque elevado.
Finalmente, el proyecto presentado por el Municipio fue aprobado y el IMAS comenzó la construcción del tanque elevado de veinte mil litros y en los próximos días va a hacer la perforación en un predio del fisco provincial. Luego con los beneficiarios se realizará la construcción de la red principal y las conexiones a las viviendas. Esta perforación proveerá agua a 230 familias.
Una vez concluido el trabajo el Municipio cederá el manejo del sistema de agua potable al Consorcio Vecinal. El Municipio aprobó el año pasado una ordenanza que regula el sistema de provisión de agua potable. En los casos donde hay funcionando sistemas vecinales, como este, se pasa a los vecinos para que lo administren bajo la estricta supervisión de las autoridades municipales.
En la ciudad de San Vicente es mucha la demanda de agua potable. No sólo en la zona urbana, sino también en las zonas rurales. Las soluciones se dan por medio de la construcción de sistemas de pozos perforados comunitarios, gestionados por el Municipio ante autoridades provinciales y nacionales o en casos el propio Municipio financia la perforación.
El barrio San Miguel está ubicado a unos tres mil quinientos metros del centro de la ciudad. No hay red de agua potable de la Cooperativa de Provisión de Agua Potable y Otros Servicios Públicos. Es un barrio que surgió por el asentamiento en terrenos fiscales y en la mayoría de los casos son familias de escasos recursos. El sistema comunitario le va a permitir acceder al agua potable a un costo mínimo que surja de la ordenanza en vigencia.
Hay otros barrios cercanos como Las Quinta y parte del San Cayetano donde la Cooperativa de Provisión de Agua Potable está colocando las redes de cañerías para llevar agua potable. Los costos para el tendido de redes son muy caros y desde la misma cooperativa o la Municipalidad no pueden financiar y por eso recurren al aporte del Gobierno provincial, como el caso de estos tres barrios que son vecinos entre sí.
La mayoría de los vecinos del barrio San Miguel tienen agua de pozos artesanales que ellos mismos cavan o bien mandan a hacer. Son pozos que no tienen vetas de agua buena por la topografía del suelo. En las épocas de sequía y de verano, los pozos se secan, o por lo menos la mayoría de ellos. Ahí surgen los reclamos a las autoridades municipales para que gestionen la construcción de pozos perforados.
La Municipalidad va a entregar este sistema de provisión de agua potable al Consorcio Vecinal para que lo administre en forma independiente.
Va a hacer un control permanente mediante los funcionarios encargados del sector. La intención es que sea de bajo costo para las familias beneficiarias y que lo que se recaude sirva para el mantenimiento. También sugieren que se provea agua a las familias más humildes y a aquellas que tengan personas discapacitadas entre sus integrantes, sin costo.