
Octavio Gabriel Gorosito Mattos tiene cuatro años y desde sus primeros meses de vida se somete a un tratamiento fisioterapéutico en Foz do Iguaçu a causa de una parálisis cerebral espástica. Como consecuencia de la pandemia, las fronteras entre Brasil y Argentina cerraron en el 2020 y el pequeño no pudo continuar su tratamiento.
Pese a los constantes pedidos de la familia a la Embajada argentina para solicitar el cruce de frontera, “recién ayer a la tarde la mandaron a Brasil, quienes nos autorizaron inmediatamente”, contó a PRIMERA EDICIÓN la mamá del pequeño, Camila Vanesa Mattos. A partir del lunes que viene, la familia podrá cruzar la frontera para mejorar la calidad de vida del pequeño.
El único centro está en Posadas
Octavio vive junto a sus papás en Puerto Iguazú. Desde sus primeros meses de vida comenzó un tratamiento en Foz do Iguaçu, Brasil debido a su parálisis cerebral. Y es que el pequeño de cuatro años tuvo daño cerebral luego de un parto complicado, ya que tardó demasiado.
En Misiones “el único lugar para que mi hijo reciba el tratamiento adecuado es en Posadas, pero para eso teníamos que viajar tres veces por semana y son casi ocho horas de viaje para una hora de tratamiento”, contó Mattos.
A pesar de que “el Ministerio de Salud se comunicó con nosotros, nos ofrecieron una ambulancia y todo lo necesario para el traslado, no considerábamos que valía la pena estresarlo tanto, siendo que en Brasil hay una clínica que ofrece lo que mi hijo necesita y está a pocos kilómetros de donde vivimos”.
Por ello, hace casi cuatro años que Octavio asistía tres veces por semana a la clínica brasileña. “El tratamiento que hacía era para tratar de mantener en movimiento su cuerpo para que no se atrofien sus músculos, articulaciones y, principalmente, que su caja torácica pueda seguir creciendo normalmente y los pulmones tengan espacio suficiente para oxigenar todo su cuerpo”, explicó.
Se cerró la frontera
La última cita de Octavio en la clínica brasileña fue el 12 de marzo del 2020. En ese momento, el tratamiento rutinario del pequeño se vio afectado cuando, debido a la pandemia, la frontera entre Brasil y Argentina se cerró. “Al comienzo no hicimos ningún pedido para pasar porque pensamos que la situación iba a durar unos pocos meses y decidimos esperar a que todo se libere”, relató.
Sin embargo, el período se prolongó. Octavio siguió su tratamiento en otros centros de la provincia, pero ninguno parecía funcionar. Su condición empezaba a empeorar con el paso del tiempo, por lo que “a fin de año decidimos actuar para que nos autoricen el cruce y en diciembre empezamos los pedidos formales”, contó Mattos. Se comunicaron con la Defensoría de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes de la Provincia de Misiones (DDNNyA) quienes “nos dieron una mano enorme” y con la Dirección Nacional de Migraciones que “demoraron un montón con los trámites”.
Demoras en la Embajada de Argentina
Seis meses después del pedido, “el 16 de junio la Embajada argentina nos comunicó que habilitó el cruce”. Sin embargo, “no habían intervenido en Brasil”. Ante la supuesta autorización, “nosotros fuimos al Puente Tancredo Neves (que divide Foz do Iguaçu con Puerto Iguazú) reconfiados de que íbamos a poder cruzar”.
Los especialistas que atendían a Octavio los esperaron en la frontera con carteles de bienvenida, pero Octavio no pudo cruzar. “Desde la aduana brasileña nos dijeron que no nos autorizaban a pasar porque no estaban al tanto de nada, nunca les llegó el pedido”.
“Ahí nos enteramos que la Embajada argentina en Brasilia nunca había intervenido por nosotros”, siguió. El miércoles pasado, luego de que un medio brasileño haya visibilizado el caso, “la Embajada de Brasil se comunicó para avisar que jamás había llegado la nota verbal a la División de Control de Inmigración (DIM) del Ministerio de Relaciones Exteriores”.
Inmediatamente, la mamá de Octavio se comunicó con la Dirección de Migración Argentina, quienes “confirmaron que no habían presentado el pedido formal porque consideraron desde el lado brasileño no lo iban a aprobar”.
Según Mattos, recién el miércoles pasado la DMA mandó el pedido de autorización para que la familia pueda cruzar la frontera e inmediatamente el país vecino autorizó el pase. “Fue meramente una burocracia argentina que nos retrasó meses de rehabilitación para mejorar la calidad de vida de mi hijo”, se lamentó.
A partir del próximo lunes, y tras varios meses de espera, el pequeño podrá retomar su tratamiento y esperan que pueda recuperar el estado de salud que tenía antes del cierre de la frontera.
La falta de estimulación fue un retroceso en la salud de Octavio
Tarde, irregular pero seguro, Octavio podrá retomar su tratamiento en Foz do Iguaçu. “A partir del lunes estamos autorizados a cruzar. Va a seguir haciendo una hora de ejercicios durante tres veces a la semana”, contó Camila Vanesa Mattos.
Y a pesar de la buena noticia, la mamá del pequeño se mostró decepcionada por el tiempo que perdieron. “Mi hijo tuvo una involución bárbara a causa de la suspensión de sus tratamientos. En estos meses empeoró un montón: empezó a tener crisis respiratorias, sus articulaciones se encogieron y sus hombros también. Y es que al no tener su cuerpo en movimiento, todo se encogió dejando sin espacio a su pulmón e impidiendo que se expanda normalmente”, relató.
Sin estimulación durante tanto tiempo, su cuerpo se está poniendo rígido nuevamente y su desarrollo respiratorio ha retrocedido.
Asimismo, Mattos añadió que “últimamente las noches eran imposibles para él porque no respiraba bien, había que cambiarlo de posiciones y succionar sus secreciones”.
Luego del cierre de la frontera, el equipo de la clínica en Brasil intentó mantener el servicio con Octavio a través de la teleasistencia, pero como la fisioterapia neurofuncional y cardiopulmonar son muy específicas, no fue posible seguir tratando al niño a distancia.