“Los resultados obtenidos son muy claros: las medidas tomadas por el gobierno nacional hicieron que todos perdamos: menos precio a los productores, menos actividad para la industria y el Gobierno, y carne más cara para los consumidores”, comentó Nicolás Pino, presidente de la SRA, al momento de presentar el informe tras la reunión quincenal de la conducción de la entidad celebrada en la localidad bonaerense de Azul.
Por otro lado, el informe señaló que los productores recibieron menor precio por la hacienda porque su valor descendió; la producción de la industria cayó y los precios para los consumidores aumentaron. Al respecto, según los datos privados la hacienda perdió valor en términos nominales y reales. Hasta la tercera semana de julio se registra una caída nominal de entre 5% y 15% para la hacienda de exportación y entre un 1% y 3% la hacienda para consumo. Por otro lado, la industria trabajó con una menor capacidad ociosa y menor capacidad para absorber parte de los costos fijos, en un contexto donde la producción cayó 10% en el segundo trimestre.
“Desde la cadena de la producción volvemos a pedirle al Presidente de la Nación que revea esta medida para que podamos retomar una agenda de trabajo con previsibilidad para generar competitividad y volver a ser los principales exportadores de carne del mundo”, agregó el titular de la Rural.
Faena y precios al consumidor
“Las medidas se evalúan por sus resultados con perspectiva temporal, luego de un trimestre desde que arrancaron las intervenciones, su impacto resultó en una situación en la que todos perdieron”, expresaron desde la SRA.
Otro de los resultados negativos de las restricciones a las exportaciones de carne vacuna fue que en el segundo trimestre de 2021, la faena cayó 11%, con 370.000 cabezas menos que en el mismo período del año anterior. Además, se produjeron 713.000 toneladas, un 10% menos que en el mismo trimestre de 2020. “La caída de precios llevó a postergar parte de las ventas, sobre todo categoría vacas”, manifestaron los especialistas de la entidad.
Pero el efecto más negativo de la medida oficial fue que no logró su objetivo: bajar el precio al consumidor. El relevamiento privado reflejó que los precios de la carne al consumidor aumentaron un 18% en promedio entre abril y junio, cuando los alimentos aumentaron un 11% y la inflación se ubicó en un 10,9%. Es decir, la carne aumentó 7 puntos porcentuales más de lo que subieron los alimentos en particular y la inflación general.
Fuente: medios digitales.