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Las sospechas apuntadas a un exempleado a la hora de sufrir un robo suelen ser odiosas pero nunca se descartan al comienzo de una investigación. En este caso, el empresario de la construcción que fue víctima del robo de cerca de cuatro millones de pesos, sabía que un hombre que trabajó con él por más de quince años, tuvo acceso a su vivienda desde siempre, conocía la casa como nadie y él mismo había instalado la caja de seguridad en donde estaba el dinero sustraído. Las sospechas fueron concretas y el presunto delincuente fue detenido en el barrio Itaembé Guazú con casi todo el botín.
Días atrás, un empresario de 55 años dedicado a la construcción como toda su familia, denunció que ingresaron en su vivienda de calle Arrechea sin ejercer violencia en momentos que no estaba y se llevaron de una caja fuerte un maletín de cuero o símil cuero de color negro que contenía documentación importante referentes a planificación de obras, la suma de 20 mil dólares y 140 mil pesos.
Este martes la policía capturó al sospechoso, un exempleado de la víctima quien según se desprendió de la pesquisa era de suma confianza y trabajó entre 15 y 20 años con el denunciante.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que la investigación se centró en la posibilidad que el o los autores tuvieran acceso a la morada ya sea por conocimiento del terreno o por contar con llaves de acceso. Es así que efectivos de la División Robos y Hurtos comenzaron a seguir a un sospechoso de 49 años quien además de ser “cuidador” de la vivienda, instaló la caja de seguridad y tuvo en su poder las llaves de acceso durante mucho tiempo. Si bien ya no trabajaba más con el empresario hace dos años, presumen que se hizo de copias.
Las imágenes de las cámaras de seguridad captaron cuando durante la mañana del pasado 30 de julio, se aproximó un vehículo a la casa del empresario y un único ocupante ingresó a la propiedad y se retiró como si nada con una especie de bolso en las manos.
Con los datos aportados por el denunciante, dieron con su ubicación en el barrio Itaembé Guazú y más allá que dejó el automóvil a unas cuadras, los policías encubiertos llegaron a su casa y con orden de allanamiento librada por el juez de Instrucción 7, Miguel Mattos, lo detuvieron durante la mañana de este martes.
En la vivienda encontraron facturas de compras recientes como un teléfono celular Motorola, el propio aparato móvil, la suma de 152 mil pesos de moneda nacional discriminados en billetes de 1.000 y 500 y 19.300 dólares ocultos en el patio trasero. El dinero estaba oculto debajo de unas cajas de herramientas, según confió una fuente. También incautaron la ropa presuntamente utilizada para la comisión del delito.
Los policías ubicaron además tres llaves que pertenecen a la vivienda del damnificado según reconoció en la sede policial y por disposición del magistrado que entiende en la causa, fue secuestrado un automóvil Chevrolet Meriva gris, propiedad del sospechoso.
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Si bien el vehículo no estaba en la propiedad allanada, los investigadores dieron con el rodado a unas cuadras del lugar dentro del mismo barrio. Supuestamente, lo había dejado como estrategia lejos de su casa para no ser descubierto.
Las mismas fuentes revelaron que el denunciante aportó detalles del tiempo que trabajó con el sospechoso y que incluso en reiteradas ocasiones lo dejó de cuidador de la vivienda en lapsos que se ausentó o estaba de viaje y que además fue la persona que instaló la caja de seguridad y sabía perfectamente donde estaba ubicada. En este contexto es que se piensa que el ahora detenido realizó copias de las llaves porque al momento de dejar la relación laboral, entregó las mismas que le habían provisto.
Durante los próximos días el hombre será sometido a audiencia indagatoria frente al juez Miguel Mattos, en el juzgado de Instrucción 7 de la calle Pedro Méndez casi avenida Uruguay de Posadas. Además de los efectivos mencionados, trabajaron en el caso integrantes de la Policía Científica y de la comisaría jurisdiccional.