El cultivo de maíz esquivó mejor que la soja la falta de agua que afectó a la campaña de granos gruesos 20/21 en la Argentina y va camino a concluir una cosecha de buenos rindes. Pero los productores agropecuarios no se duermen en los laureles y ya están pensando en la campaña que viene, casi sin respiro, debido a la flexibilidad tecnológica que ha ganado el cereal para estar presente todo el año en distintos lotes de nuestro país.
En ese marco, se desarrolló el coloquio TodoMaíz+Sorgo 2021, que abordó en tres bloques, en distintos días, los principales aspectos de manejo, novedades en genética y biotecnología de ambos cultivos, control de malezas, nutrición, innovaciones Agtech, y las perspectivas sobre clima, mercados y sobre la economía política en nuestro país.
En la apertura del primer bloque, el subsecretario de Mercados Agropecuarios del ministerio de Agricultura de la Nación, Javier Preciado Patiño, dijo que Argentina se apresta a plasmar una campaña récord con fuerte aporte de las gramíneas. A continuación, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) remarcó la necesidad de un diálogo constructivo público-privado para consolidar la cadena de valor del maíz.
La nutrición, según el ambiente y el clima
El primer disertante fue Gabriel Espósito, de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto; en Córdoba. Propuso “distinguir en qué medida las diferentes decisiones de manejo modifican el rendimiento que podemos alcanzar de este cultivo. Una revisión de diferentes aspectos que impactan sobre la productividad es el grueso de la variabilidad, ambiente y fecha de siembra, que juntan el 65% del rendimiento”.
En ese sentido, destacó que “la fecha de siembra para el ambiente que me espera es una de las decisiones centrales”. Y agregó que “otro aspecto crucial está centrado en el manejo de la densidad. El maíz es un cultivo muy sensible a la densidad de siembra porque tiene su principal órgano de cosecha que es la espiga relegado en la planta. Además, no puede compensar con estructuras nuevas un error por baja densidad. Nos castiga por alta y por baja densidad”.
También son cuestiones centrales el manejo del hibrido y la nutrición. Al respecto, Espósito no duda de que “en la medida que tengamos una buena oferta hídrica, el atraso de la fecha de siembra de maíz lleva a una pérdida de rendimiento. Entonces, según el pronóstico climático, si estamos frente a un año Niño tenemos que hacer siembra temprana, y si estamos frente a un año Niña tendríamos que hacer siembra tardía, que mejora el rinde cuando las condiciones de diciembre y enero son secas”.
Otro aspecto es la densidad: “A medida que mejoramos la calidad de ambiente, la densidad óptima de siembra va aumentando. Entonces una vez que decido fecha de siembra, tengo que tener presente que ese ambiente va a exigir determinada cantidad de plantas. En un año húmedo pondré muchas más plantas que en uno seco. La interacción entre calidad genética y calidad de ambiente define la densidad”.
En cuanto a las asignaturas pendientes, el especialista advirtió que “la nutrición es uno de los principales aspectos que no estamos manejando con el debido criterio. Si yo tengo la cantidad suficiente de fósforo y no tengo insuficiencia, puedo incrementar mi sistema radical en los primeros 20 centímetros en un 125%. Esta mejor cantidad de raíces hace que yo tenga mayor eficiencia en el uso de agua. Esta cantidad de fosforo es indistinta a la fecha de siembra. No es cierto que a la siembra tardía hay que fertilizarla con menos cantidad de nutrientes. Lo importante es tener presente los niveles de fosforo del suelo. La clave es el análisis de suelo, y el momento son estos meses, julio y agosto”, sentenció.
Más rinde y rentabilidad
“El maíz le saca una vuelta de ventaja a la soja”, dicen los que apostaron a este producto. Y agregan: “Al tomar los rindes promedios de la región y tratar de moderar el efecto del clima en la serie, los resultados muestran que los rendimientos maiceros crecieron casi el doble que los de soja”. En 10 años el rinde del cereal creció 27 quintales por hectárea mientras que la oleaginosa subió 6 quintales.
“El maíz creció en 10 años casi un 35% y la soja poco más del 18%. De ahí que se pueda concluir, que los rindes del cereal crecieron casi el doble (1,9) que el de la oleaginosa en el período analizado. La formación del rendimiento depende de múltiples variables, pero es notorio la mejora genética y la respuesta a la inversión tecnológica que muestra el cereal”, indicaron desde la BCR.
Factores en contra
Pero, ¿cuál es el punto más débil de la soja? Según el trabajo, son los menores márgenes netos frente al maíz: malezas, menor progreso genético y retenciones. Y es que según profesionales consultados por la entidad, en Bigand (provincia de Santa Fe) los maíces logran con facilidad 100 quintales por hectárea y alcanzan los 120 con fertilización balanceada.
En tanto, la oleaginosa se estanca en un techo de entre 45 a 52 quintales por hectárea. “A la diferencia de los rendimientos se suman, además, problemas de malezas difíciles, el tratamiento con fungicidas para las enfermedades de fin de ciclo y casi dos aplicaciones contra insectos: todo esto aumenta costos de producción”, detallaron.
Otro ejemplo analizado es el caso de Cañada Rosquín donde los ingenieros destacan que la carga fiscal hace la diferencia: las retenciones a la de soja casi triplican a la de maíz, lo que produce que, sumados a los impuestos posteriores, posicionen a la oleaginosa como “una actividad de alto riesgo, en especial para el pequeño productor”. Según la entidad rosarina, las encuestas de los últimos días continúan reafirmando una caída para la próxima siembra de soja de entre un 5 y un 10% de área para la región núcleo.
Por último, en Pergamino afirman que la soja está “muy agredida” por las malezas, especialmente el yuyo colorado, y en menor medida, la rama negra. “En la campaña 2020/21 la sequía afectó muchísimo a la oleaginosa y la posibilidad que exista un riesgo de padecer otra Niña renueva esta amenaza”, concluyeron los productores pergaminenses.