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La Justicia imputó ayer al último detenido por el crimen de Cristian Andrés Sotelo (41), y creen que de esta manera se cerró el círculo sobre los sospechosos. Es que la acusación preventiva que ahora pesa sobre este individuo, conocido como “Pitoka” (37), por el delito de “homicidio y homicidio en grado de tentativa agravado por el uso de arma de fuego y por ser en poblado y en banda”, es la misma que recayó sobre los otros presuntos autores del hecho conocidos como “El Garrafero” (29), “Belco” y “Cafú” (27), señalaron fuentes judiciales.
Para el juez que sigue la investigación del caso, Ricardo Walter Balor (del Instrucción 6 de Posadas), estaría prácticamente establecido quienes habrían sido los responsables del ataque pistolero contra la víctima fatal, el pasado domingo 13 de junio a las 6.30 en el barrio A3-2 de la capital provincial.
Por ello y tal como publicó este Diario, sería inminente la resolución de las prisiones preventivas pertinentes para los ahora cuatro principales implicados. Se cree que solamente faltaban definir algunos presuntos roles, siendo señalados como quienes encabezaron la agresión a tiros “El Garrafero” y “Pitoka”, indicaron las fuentes.
Para ello fue clave la labor investigativa policial a la hora de tomar testimonios que luego fueron judicializados y que ubicaron a estos dos sospechosos y a los otros supuestos coautores en el lugar de la balacera. Inclusive un sobrino de la víctima fatal, quien fue alcanzado por las balas y declaró en el hospital, apuntó contra los citados cabecillas del ataque armado, “El Garrafero” y “Pitoka”.
El día del hecho también resultaron heridos con arma de fuego el mencionado familiar y otro joven que lo acompañaba. La peor parte se la llevó Sotelo, quien murió tras recibir un tiro en el pecho.
“Lluvia de plomo”
En cuanto a la hipótesis del hecho la más sólida hasta el momento es que todo se inició en una fiesta clandestina que se llevó a cabo en una vivienda (propiedad de “Pitoka”) ubicada a menos de cien metros de la comisaría Décima.
A ese lugar, habría ingresado Sotelo junto a un grupo de amigos. Fue entonces que se encontró con el “cuidador o encargado de seguridad” de la casa, con quien habría discutido y luego peleado.
Esto habría enfurecido a “El Garrafero” y sus presuntos cómplices. Acto seguido, habrían ido a buscar a la vuelta de la cuadra a las víctimas y les dispararon en más de 20 ocasiones. Sobre esa conjetura se investigó el crimen desde el comienzo.