Una de las quejas más habituales de los turistas en Tokio es que, al contrario que en otros países turísticos, las indicaciones del transporte son difícilmente entendibles. Como el habla de los propios habitantes, las señales en inglés no son habituales y el alfabeto nipón hace que las máquinas sean muchas veces imposibles de entender.
Las olimpiadas, por el contrario, están preparadas para recibir habitantes de todos los países. Sin embargo, pese a la conocida puntualidad y exactitud de los transportes nipones, no son pocos los deportistas que han pasado un mal rato con ellos. Pero es que incluso estuvieron a punto de dejarnos sin uno de los héroes de estos juegos.
El jamaicano Hansle Parchment se convirtió en un héroe nacional al derrotar al estadounidense Grant Holloway en los 110 metros valla y llevarse el oro. Sin embargo, como él mismo ha contado en Instagram, logró llegar a la cita gracias a la inestimable ayuda de una voluntaria de los Juegos.
El pasado 3 de agosto el jamaicano se concentraba escuchando música de camino a las semifinales cuando se montó en el autobús equivocado de la villa olímpica. En lugar de ir al estadio olímpico fue a la piscina y, como lo suyo no era el Waterpolo, no tenía mucho que hacer allí.
Parchment cuenta como los asistentes solo le decían que debía volver a la villa olímpica y tomar desde allí el autobús correcto. Precisión y exactitud, pero poca flexibilidad… Eso, según el deportista, le hubiera dejado sin tiempo ni para calentar. Quiso utilizar uno de los vehículos de la organización pero le dijeron que sin reservar con antelación era imposible.
No sacó nada en claro hasta que le pidió ayuda a una voluntaria en particular que sí lo dio todo de su parte para que Parchment llegase. La joven no dudó en darle 77 euros de su bolsillo para que pudiese coger un taxi y llegar a la pista a competir. Un simple gesto que podría haber cambiado uno de los oros de estos juegos.
En este final de historia de película y con un podio de oro el atleta termina encontrando a la voluntaria, Tijana Stojkovic, preguntándole si le recuerda. Además, le muestra la medalla y se lo agradece. Más allá de devolverle su dinero (que no todos hubiésemos dado así como así, sin muchas esperanzas de vuelta y trabajando de voluntarios, es decir, sin cobrar) también se llevó a modo de agradecimiento una camiseta de Jamaica y una foto con el campeón olímpico.
La historia llegó a oídos del ministro de turismo de Jamaica, que aseguró que “No importa en qué lugar del mundo esté ella, queremos hacer recíproca la amabilidad mostrada con uno de los nuestros”. Según consigna el Jamaica Gleaner, el ministro de Turismo de Jamaica invitó a la voluntaria para que conozca la isla.
El atleta contó la historia a través de videos en las redes sociales y publicó un comentario: “Siempre sé amable con el resto de las personas”.
Fuente: esquire.com