Ambientalistas y ecologistas de Misiones se llevaron un disgusto días atrás cuando se viralizaron imágenes de topadoras ingresando en la Reserva de la Biosfera Yabotí, dentro del Parque Provincial Moconá, para abrir un camino en el conocido Lote 8.
Al respecto, el guardaparques del Parque Provincial Moconá e integrante del grupo Defensores de la Selva, Leonardo Rangel, expresó que “este camino genera daño a la biodiversidad de la zona intangible, lo que llamamos una reserva natural, es una herida sangrante donde se van a satisfacer algunas las necesidades humanas entendibles desde el punto de vista de la modernización en la que estamos inmersos”.
Manifestó a PRIMERA EDICIÓN que la apertura del acceso “era algo innecesario hoy en día como está la situación ambiental en todo el mundo, no solo acá en Misiones donde dentro de todo se cuida más que otros lugares de la región, pero eso no quiere decir que se justifique entrar a las áreas protegidas, no es una alternativa”.
En este sentido, indicó que “si uno mira lo que era la selva misionera hoy y la compara con 30 años atrás, se puede observar que se ha deteriorado y se ha perdido mucho de la cobertura original de la que estamos tan orgullosos”.
“Misiones es como una especie de isla verde entre Brasil y Paraguay, y la tenemos que seguir cuidando. Creo que lo que tenemos es un gran tesoro para las generaciones futuras en Misiones”, apuntó.
Sobre el pedido que realizaron las comunidades originarias para contar con un acceso en el Lote 8, Rangel opinó que “hay otras alternativas”.
“Me parece un reclamo justo que las comunidades quieran ambulancias, luz, internet, antena satelital o lo que consideren que es necesario para integrarse al resto de la sociedad, y contar así con los beneficios del resto de las personas que viven en Misiones, pero también hay leyes que tienen que abarcar a todos los habitantes”, sentenció.
Reiteró que “estamos hablando de un área protegida por la Ley Nacional de Bosques como una zona roja intangible, no podemos hacerle un camino por el medio para satisfacer las necesidades de algunas personas, no estoy discutiendo si necesitan o no, simplemente tenemos que respetar lo más importante que es el área protegida y hacer lo que sea necesario para que estos pueblos tengan lo que necesitan por fuera de esta zona”, aclaró.
Enfatizó a su vez que “las cuestiones económicas no deben justificar el daño ambiental”.
“El suelo no se consolidó todavía y creo que los trabajos van a llevar bastante tiempo. Hace muchos años que trabajo en el parque y conozco los terrenos, ese camino terrado que están pidiendo como paso de ambulancia no va a servir, es un daño innecesario porque no es apto por el nivel de pendiente, porque pasa por humedales”, detalló.
Asimismo, Rangel apuntó que este acceso soluciona los problemas de una sola comunidad que vive en el Lote 8, pero que “no es el camino que le da acceso a todas las comunidades de la Reserva Biosfera Yabotí”.
“Siempre pedimos que se arregle el camino existente en principio y que se consideren otras alternativas para acortarlo, porque de todas maneras lo que hace este acceso es acortar un poco el paso para algunas comunidades”, afirmó.
A todo esto, Rangel añadió que “además del daño de la obra en sí, con el vendrán otras consecuencias negativas, como por ejemplo el tránsito de cazadores furtivos que buscarán la oportunidad de colarse e ir tras la fauna que se refugia en esta zona prístina”.
“Lamentablemente como siempre a costa de nuestras necesidades, desestimamos a los otros seres que habitan estos últimos refugios naturales que van quedando en el planeta”, sostuvo.
Para finalizar recordó que estuvieron nueve años peleando para que ese camino no se haga por dentro del núcleo del parque, sobre todo viendo cómo se comporta la naturaleza. “La verdad que no es algo agradable de ver”, cerró.