Muchas veces nos centramos en ayudar, en dar una palabra o algo que tenemos, ofrecer nuestro tiempo o nuestro dinero para ayudar a alguien, pero cuando somos nosotros los que estamos en dificultades, nos cuesta aceptar ayuda, pensamos que debemos salir solos de esa situación o cuando nos dan un regalo porque sí, nos escuchamos diciendo “no puedo aceptarlo” o “no era necesario”.
Cuando decimos recibir no se trata sólo de cosas materiales, puede ser un elogio o palabras amorosas.
Recibir es entender que lo que nos dan es un regalo, y si nos dan es porque desean hacerlo, es libre y es pensado con amor, por ello cuando esto nos sucede hay que abrir el corazón y decir GRACIAS, por tu gesto, por pensar en mí, por estar presente, por mimarme a través de tu regalo.
Cuando nos elogian: “GRACIAS por ver esto tan lindo en mí y decírmelo”, no pensar que uno sonaría a “creído” por ello, pensar que es un regalo que nosotros le hacemos a la persona que nos da, dejándonos ayudar o recibiendo con alegría un elogio o un presente.
Gracias es una palabra maravillosa porque es apertura, es el sinónimo de estar abierto al otro para recibir el amor, y de estar abierto a la vida para las bendiciones que existen.
Cuando decimos gracias de corazón y recibimos, nos sacamos las armaduras y nos permitimos sentir, de esta forma le regalamos al otro el placer de saber que su regalo o su elogio nos gustó, es un ida y vuelta que llena el corazón de ambos.
Todos nos merecemos, no levantemos tan alta nuestra vara para sentir qué merecemos. El mundo es un ida y vuelta, si estás recibiendo es seguro que has dado porque todo lo que das regresa y te abraza, por ello, cuando esto suceda deja que este sentimiento de gratitud te envuelva.
Mientras más experimentamos el sentimiento de gratitud y alegría al recibir, más se multiplican las experiencias en que nos vemos en esta situación y a su vez también por el mismo sentimiento damos a otros con el mismo amor que nos dieron.
El amor no tiene fronteras y siempre te sorprende, aprender a aceptar el elogio, la ayuda, el amor, un obsequio o dinero que nos dan, recibirlo y disfrutarlo es también un acto de amor a nosotros y a la persona que nos dio con todo su corazón.