¿Qué pensarías si te dijeran que lo que sucede en el exterior es el reflejo de conductas, actitudes, características, cualidades que tenemos nosotros mismos y que forman parte de nuestra esencia? Parecería una locura, pero si prestamos alguna atención, y reflexionamos un poco sobre el asunto, podremos encontrarle alguna lógica.
Comencemos definiendo qué es la Ley del Espejo:
Partimos del principio de que somos totalmente responsables de lo que sucede en nuestra realidad, pues nosotros somos quienes la creamos. Siendo así, nuestra realidad actuará como un espejo, devolviendo hacia nosotros la imagen que estamos generando en nuestro interior. Es decir, si existe una persona que te provoca un sentimiento negativo, el origen de ese sentimiento negativo será tu corazón y no la otra persona.
La Ley del Espejo afirma que: el mundo exterior actuará como un espejo para nosotros y lo que ese espejo refleja, no será más que nuestra luz o nuestra sombra, generada por nuestras creencias, expectativas y limitaciones.
Todo comienza y todo termina en nosotros mismos y es la proyección la que juega con nuestra mente, mostrándonos una realidad que nosotros mismos estamos generando.
Debemos reflexionar sobre el por qué existen comportamientos y actitudes, en otras personas que nos generan sentimientos negativos e incomodidad.
¿Por qué reaccionamos con enojo cuando no recibimos de un amigo el apoyo que pretendíamos?¿Por qué nos molesta que algún familiar hable mal de otros?¿Por qué no somos capaces de aguantar cuando nos critican? O simplemente, ¿por qué nos cuesta tanto razonar cuando tenemos a una determinada persona delante?
Para hacer este análisis de una forma más sencilla, podríamos escribir una lista de todas las cosas que nos molestan de esas personas que nos rodean. También podríamos escribir una lista enumerando las cualidades positivas de esas mismas personas.
Muy probablemente lleguemos a la conclusión de que, existen ciertas cualidades que ellas tienen y estamos menospreciando y que nosotros, al final de cuentas, también hacemos cosas mal.
Fuente: www.adipiscor.com