Calores intensos, sequías prolongadas y heladas tardías, todo ello ha generado un verdadero dolor de cabeza a los productores de la provincia que deben ingeniárselas para seguir atendiendo sus plantaciones.
“El clima nos está afectado desde el mismo comienzo de año, cuando se empieza a sembrar, y a esta altura es poca la verdura que se puede tener. Además, después tuvimos la helada que este año vino un poco más tarde y que también afectó muchísimo a todos los productores”, comentó a ECO & AGRO Elena Goralewski, productora del Parador 3 de Mayo.
Transitando el mes de agosto y aún lejos del verano, ya comienzan a sentirse los primeros calores intensos y los pronósticos climáticos prevén que volvería el fenómeno de “La Niña”. Por lo pronto, doña Elena ya ha tenido que sacar la media sombra para resguardar sus verduras del sol.
“Este año va a venir difícil, el que tenga media sombra, sistema de riego por goteo, o vertiente podrá sobrellevarlo, pero la gente que tiene su huerta y la trabajaba de forma tradicional este año se le va a complicar, porque directamente no brota nada. Podes plantar, pero si la tierra está seca no vas a tener resultados”, vaticinó.
A todo esto, hay que sumarle la histórica bajante del río Paraná y la sequía de vertientes de las cuales se alimentan los productores para las tareas de regadío.
En el caso particular de Elena, su chacra está bordeada por la pequeña vertiente de un arroyo cercano gracias al cual puede conservar sus vegetales y con el que alimenta además unos reservorios. Pero lejos está de ser una garantía, ya que la propia productora señaló que se han dado ocasiones en las cuales el arroyo se ha secado.
Este triste panorama ya encendió todas las alarmas de los productores de la provincia que deberán repensar las estrategias de adaptación y mitigación.
“¿Qué van a hacer los que viven en las chacras y no tienen alguna vertiente? Se les complica y no pueden hacer nada. También están los del otro extremo, que tienen vertientes, pero no recursos como media sombras o sistemas de riego”, lamentó.
“Si hoy te vas a las ferias los sábados te das cuenta que ya es compra de Mendoza. Es algo muy triste, pero los colonos se ven obligados porque tienen que seguir trabajando y no hay recursos, además de que su producción propia bajó”.
Pocas semillas
Esta situación también afectó la tradicional Feria de semillas que reúne a agricultores de distintos puntos de la provincia para compartir y participar de una jornada de venta e intercambio de las semillas nativas y criollas de distintos alimentos, árboles, frutales y ornamentales.
“Tuve poca recolección de semillas a causa de la sequía, porque cuando ellas cuajan y no tienen agua se secan”, lamentó Doña Elena.
Por otra parte, si bien las semillas híbridas resisten mejor la sequía, algunos productores dudan en utilizarlas en este contexto, ya que son más caras que las criollas y temen que no broten.
Hay esperanza en los Reservorios, que apunta a resolver el faltante de agua para la producción.