Cuan incorporadas tenemos la costumbre del pedido desde la carencia donde su posible realización es en un probable futuro, ponemos fuera de nosotros el poder más la duda que cierra el flujo de las cosas que deseamos.
Según Neville Goddart, la verdadera plegaria es el arte de creer aquello que los sentidos niegan.
Suplicar significa carencia y no hay nada que ya no poseas. Ninguna oración verdadera puede implicar renunciar a tu Poder Personal Real, mejor pedir recordar tu identidad y deshacerte de la confusión que te impide reconocer tu Divinidad.
La oración verdadera no pide nada y por eso recibe todo, son expresiones de gratitud del deseo ya manifestado.
El nivel más alto de la oración es aquel que se funde con tu Divinidad, poniendo la mente a disposición del Espíritu, no del ego y cuando reconoces que no sabes que es lo mejor para ti, permites que esa inteligencia superior te abrace en todo momento y se ocupe de ti. Entonces, orar correctamente es abrazar Quien Eres, por lo que Eres tu mismo quien te concedes tus deseos.
El éxito o fracaso son autosugestión y sólo puedes decidir qué sueño quieres manifestar, o sea que historia vas a contar a tu inconsciente, siendo éste el que gobierna nuestras vidas, es menester poner luz en este ambiente mental y nada más poderoso que la emoción para imprimir en el inconsciente, de ahí la importancia del sentimiento y no de las palabras.
No existe petición sólo agradecimiento anticipado, porque el Espíritu entiende lo que sentimos, no lo que decimos, o sea que la oración no es lo que dices ni lo que quieres sino lo que sientes.
El sentimiento cambia al que ora, porque el sentimiento es la oración.
Puedes convertir la gratitud en una oración permanente, al vivir desde la gratitud como un hábito, orar ya no será algo que hagas de vez en cuando, la oración serás tú y tus deseos no tendrán más remedio que cumplirse.
La oración es tu vínculo con tu Yo Superior y tus deseos se te entregarán, no como recompensa sino por revelar tu naturaleza. Oras, no para hablar con la divinidad sino para reconocerla en ti.
TU ERES LA ORACIÓN.