Hay situaciones que nos desbordan, simple y llanamente. A veces no logramos entender qué está pasando, quizá porque la situación es tan injusta que escapa a nuestra lógica o porque ha tocado nuestra fibra más sensible. Entonces a nuestra mente acuden ideas descabelladas y nuestro pensamiento va tan rápido que apenas podemos seguir su curso.
En situaciones así, cuando las palabras no son suficientes, puedes contar con un gran aliado: el dibujo. Te bastará tomar un papel, lápices de colores y dibujar. Por supuesto, no se trata de una varita mágica con la cual harás desaparecer el problema pero al cabo de un rato te sentirás mucho mejor y serás capaz de poner orden a tus ideas con nuevas perspectivas.
El dibujo es una de las formas de conversación con nosotros mismos más antiguas, los mandalas pueden ser una forma de terapia no verbal alternativa que ayuda a quienes padecen estrés postraumático a aliviar sus síntomas. De hecho, dibujar nos ayuda a calmarnos, reencontrarnos, potenciar la concentración o puede sacar a la luz mensajes del inconsciente.
Si estás enojado, dibuja líneas y luego círculos. Las líneas representan la agresividad, por lo que te servirán para liberar el enojo. A medida que este vaya pasando, puedes ir realizando trazos más suaves, con formas redondeadas.
Si estás tenso, dibuja patrones. No es necesario que los patrones formen una figura, basta que sigan cierto orden, como círculos concéntricos o triángulos consecutivos.
Si te sientes decepcionado, replica una pintura. Toma una pintura que te guste e intenta hacer una réplica. Al concentrarte en los detalles, irás olvidando los pensamientos que alimentan la sensación de decepción.
Si necesitas entenderte, dibuja mandalas.
Si quieres concentrarte, dibuja usando puntos. El puntillismo es una técnica de pintura que se basa en crear las imágenes a partir de pequeños puntos. Ideal para reencontrar la concentración, sobre todo después de haber sufrido un revés.
Si te sientes desesperado, dibuja caminos. Uno de los principales problemas de la desesperación es que nubla nuestra visión, nos impide ver las posibilidades, se trata de un mensaje lanzado directo al inconsciente.
Si estás triste, dibuja arcoíris y flores. Cuando estamos tristes tenemos la tendencia a ver el mundo gris. Para contrarrestar esta sensación, dibuja arcoíris y flores, de manera que te veas obligado a utilizar una paleta más amplia de colores.
Si estás agotado emocionalmente, dibuja paisajes verdes. La naturaleza tiene un enorme poder restaurador.
Si te sientes estancado, dibuja espirales. La espiral es el símbolo del desarrollo, nos sirve para recordar que el movimiento no siempre es hacia adelante sino que en ocasiones también es hacia atrás. Dibujar espirales y concentrarte en su significado servirá para recordarte que no existe evolución sin retrocesos.
¡Recuperemos nuestros lápices de colores!