El emblemático fotógrafo Miguel Ángel Cabral (77), reconocido por registrar con su inseparable cámara buena parte de la historia de Posadas, falleció a las 6:15 de ese día, después de varios años de soportar una penosa enfermedad.
El fotógrafo padecía mal de Parkinson, enfermedad que lo dejó en silla de ruedas y que lo mantuvo internado 24 días en la sala de cuidados intensivos del hospital Ramón Madariaga, a raíz de una complicación hemorrágica cerebral.
Don Miguel Ángel se crió junto a sus cuatro hermanos en su casa de la Bajada Vieja, que años atrás desembocaba en el río Paraná y era la puerta de acceso a la ciudad desde el puerto.
Según él mismo se encargó de relatar una infinidad de veces, comenzó a trabajar a los diez años como ayudante de don Genaro, fotógrafo de la Casa de Gobierno, de quien aprendió los secretos del oficio, incluyendo el revelado y la técnica del preparado de magnesio que se utilizaba como flash.
Con el tiempo, la profesión lo llevó por todos los rincones de la provincia: registró actos políticos como fotógrafo oficial de la Gobernación, hasta 1955, y fotografió -entre otros acontecimientos- las primeras ediciones del Festival del Litoral y de la Fiesta de la Yerba Mate.