La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), dio a conocer los resultados del estudio sobre la calidad del casco, percepciones y actitudes en trabajadores motociclistas que se concretó en Oberá y que arroja porcentajes alarmantes sobre el estado en que se encuentran esos elementos de protección y seguridad utilizados por los participantes del curso.
La actividad estuvo a cargo del Área de Seguridad de Motociclistas y Dirección de Investigación Accidentológica del Observatorio Vial de la ANSV y participaron 64 motociclistas.
“Si bien la mayoría declara haber comprado un casco nuevo, resulta relevante que casi un 40% manifiesta haberlo adquirido usado. En el asesoramiento para la compra de un casco muchos confían en fuentes dudosas, como amigos y vendedores”, destaca el informe. La antigüedad tolerable para que un casco sea seguro es menor a tres años, pero más del 37% tiene cascos relevados en la ocasión superaban ese límite.
Otro dato no menor fue que la mitad de los participantes portaba casco de color negro, considerado el menos visible por los especialistas, y sólo 4 de cada 10 declaró estar seguro de que su casco está homologado.
Realidad
La evaluación del casco entregado por los participantes a los técnicos encargados del curso, fue que, mayormente, el estado y la calidad de los mismos es “mala o muy mala” (95,7% y 82,6% respectivamente), lo que contrastó con la evaluación subjetiva del casco, donde la calidad del mismo es percibida de forma más positiva.
La modalidad permitió obtener indicadores antes y después del curso, como por ejemplo que luego del mismo la autoevaluación de la calidad del casco desciende respecto al puntaje otorgado previo al mismo, ubicándose en valores intermedios de la escala.
También que la percepción de seguridad del propio casco baja luego de realizado el curso, creciendo el porcentaje de los que lo consideran “nada seguro”. Sin embargo, se mantuvo el nivel de satisfacción con el mismo que alcanzó a poco más de un tercio de los participantes.
Los especialistas destacaron que el casco cerrado es ampliamente percibido como el tipo de casco más seguro, antes y después del curso, llegando prácticamente al 100% al finalizar el mismo, siempre con la sujeción correspondiente (atado correctamente).
Los motociclistas indicaron que luego del curso, de volver a comprar un casco las preferencias predominantes son por uno de tipo cerrado y de color blanco, naranja o amarillo, en detrimento del color negro que cae del 40% al 11%. Hubo heterogeneidad entre los participantes respecto a la disposición a pagar por un nuevo casco, más de 3 mil pesos, tanto para ellos como para un acompañante. Por último el 96.3% de los participantes consideraron que el curso realizado les aportó nuevos conocimientos.
Compra informal
Solo el 47,7% compró su casco en comercios de venta al público, siendo significativo el porcentaje que lo compró/obtuvo por canales informales (24,6% lo recibió de una persona cercana). El 38,5% compró/obtuvo un casco usado.
46%
desconoce si su casco está homologado y el 15,9% sabe que su casco no está homologado. La mitad tiene un casco“negro”, el color más inseguro.