Lo ocurrido con el vacunatorio del kilómetro 10 en Eldorado debe ser prontamente esclarecido por las autoridades, en cuanto a los responsables del faltante de vacunas destinadas a los misioneros.
Se trata del accionar de un puñado de personas por la cual quedaron bajo sospecha parte de sus compañeros de trabajo, en medio de una campaña inédita de vacunación contra el COVID-19 que tiene a más de 626 mil misionero con una dosis y más de 317 mil con el esquema completo hasta la tarde de ayer.
La necesidad de contar con los responsables no sólo resulta importante para deslindar responsabilidades con los demás integrantes de ese vacunatorio bajo sospecha, también para no manchar la loable y destacada labor que realizan otras decenas de vacunadores a lo largo y ancho de la provincia. Intentando llegar hasta el rincón más difícil de la tierra colorada con una vacuna que signifique una herramienta para lucha en la pandemia contra el COVID-19.
En todos los lugares hay excepciones a la regla que hasta el momento se venía sosteniendo sin alteraciones: la de prestar un servicio indispensable ante una enfermedad que se va cobrando 694 vidas en Misiones.
Por esa razón, quienes salieron de esa responsabilidad social y ciudadana, no merecen permanecer un minuto más percibiendo un ingreso del Estado por su maniobra desleal.
Pero sí merecen el reconocimiento y cada peso que reciben por ello, esos trabajadores de la salud que dejan familias y afectos por largas horas, para concretar una inmunización que sin dudas salvará vidas.
Es de esperar que cada autoridad responsable y la Justicia puedan traer luz ante un aislado caso de faltante de vacunas en la ciudad de Eldorado.