El misionero Francisco Álvarez tuvo su debut oficial con la camiseta del club Mauleón de Francia, y la experiencia no podía haber sido mejor, teniendo en cuenta que fue en el clásico ante Olorón y con victoria de su equipo por 37 a 16 en el Torneo Federal 1 del rugby francés.
Con la satisfacción de haber dado un gran e importante paso en su experiencia en suelo francés, “Pancho” habló con EL DEPORTIVO y comentó: “Anteriormente había jugado tres partidos amistosos y el cuarto fue el primer partido del torneo, que encima nos tocó jugar el derby contra el clásico rival, Olorón, así que fue una gran experiencia”.
A lo que añadió: “Te cuento que en el vestuario, antes de salir a la cancha, no sabía si reír, si llorar, estaba nervioso, muy ansioso, se me pasaban mil cosas por la cabeza. Entré muy concentrado y por suerte salió todo bien, ganamos con claridad y sumamos punto bonus. Al principio estaba con los nervios propios del debut, imaginate tener la presión del clásico, jugando de local, y con unas cuatro mil personas en la cancha, fue algo muy loco. Pero a la vez una experiencia muy linda”.
Acerca de cómo se sintió en su debut, el segunda línea expresó: “Toda esa semana previa al partido estaba ansioso, casi no tenía hambre, sólo pensaba en el partido, en cómo iba a ser. Nos habían dicho que el otro equipo tenía sudafricanos, gente de gran porte, y realmente fue así. Comparados con nuestro equipo eran más grandes, pero todos jugamos muy concentrados, con mucha actitud y, prácticamente, no se cometieron errores, y todo salió muy bien, como esperábamos”.
Se respira rugby
Con referencia a qué se encontró en la ciudad desde su llegada, el exforward de CAPRI y del CASI contó: “La gente acá es muy apasionada, todo el pueblo vino a ver el partido y durante toda la semana se hablaba del clásico. Todos se movilizaron con el partido y, obviamente, muy felices por haber ganado el derby. Todo el ambiente de rugby que se vive acá es muy fuerte. Para mí fue una experiencia única, algo muy lindo, me lo imaginaba pero fue mucho más todo lo que se vivió”.
Y amplió: “En lo personal terminé muy contento, el partido se lo dediqué especialmente a mis viejos (N de la R: Beto y Gaby son sus padres) que siempre me bancan en todas y a mi entrenador Quique (Fernández fue su entrenador en las formativas de Rowing) que me hubiese encantado poder llamarlo y contarle todo (N de la R: lamentablemente Quique Fernández falleció en un accidente automovilístico) como la primera vez que me fui a la concentración de Pumitas y lo llamaba y le contaba y él se ponía muy feliz. Por eso se lo dediqué especialmente a él también”.
De a poco, se va adaptando
Feliz por haber tenido un buen debut y llenar las expectativas que había en torno a él, Francisco sostuvo: “La verdad que esta experiencia me dejó muy bien, con todas las ganas de seguir metiéndole muchas fichas para seguir mejorando como persona y como jugador y así seguir escalando y cumpliendo objetivos. La idea es seguir subiendo el nivel, así que le estoy poniendo mucha dedicación”.
Y sobre su adaptación a esta nueva vida que está llevando, fue claro al precisar: “Acá todos me ayudan y acompañan, la verdad que me siento muy cómodo. Somos cuatro argentinos que estamos viviendo juntos, hay dos chicos que están hace un tiempo, más de dos años, y nos dan una mano en todo lo que necesitemos”.
“Los entrenadores y los dirigentes del club nos ayudan absolutamente en todo, no nos falta nada y no tenemos ningún problema. Todo el tiempo están pendientes, pensando en cómo podemos estar mejor, y eso ayuda mucho. Estoy adaptándome de a poco, porque la verdad que se extraña un montón a la familia, a los amigos. Porque en un par de semanas dejar todo lo que uno venía haciendo y dar un gran giro en la vida es algo fuerte y muy duro. Pero, de a poco me voy adaptando a esta nueva vida”, remarcó.
Raíces bien profundas
En todo momento, “Pancho” agradece a quienes lo acompañaron desde siempre y eso no hace más que hablar muy bien de él, teniendo en cuenta que no olvida sus raíces.
“En este momento que me siento tan feliz quiero agradecer a todos, a mi familia, a mis amigos, a Rowing, que fue donde me formé desde muy chico pasando mucho tiempo de mi vida ahí. La verdad que muy agradecido de corazón, a todos, a los viejos del club que antes de venir me regalaron una camiseta de Rowing y la verdad que la llevo siempre conmigo. Ellos siempre me aconsejaron lo que tenía que mejorar y por eso le doy las gracias a todos” expresó.
Con un objetivo claro
Este segunda línea posadeño de 24 años, 1,98 metros y 110 kilos se prepara para ser protagonista en un país que tiene al mejor rugby de Europa y uno de los mejores del mundo, buscando sumar experiencia para seguir mejorando y creciendo en su carrera deportiva.