
Fernando Axel Pensotti tiene 23 años y ayer se sentó en el banquillo de los acusados en el inicio del juicio oral que lo tiene como acusado de dispararle en la nuca y acabar con la vida del taxista Carlos Alberto Amarilla, durante la noche del viernes 31 de marzo en la zona sur posadeña, en un intento presunto de asalto para quitarle la recaudación.
“Soy herrero y panadero y estoy terminando la secundaria en la cárcel, no voy a declarar, me voy a abstener y sólo espero volver pronto a Oberá”, fueron los pocos segundos que utilizó el acusado del derecho a brindar su coartada ante los camaristas Carlos Jorge Giménez, Gregorio Augusto Busse y César Antonio Yaya, integrantes del Tribunal Penal 2 de la Primera Circunscripción Judicial.
La acusación se desglosa a partir del delito previsto por el artículo 80, inciso 7 del Código Penal Argentino, “homicidio agravado por alevosía con uso de arma de fuego, criminis causa, con la intervención de un menor y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil”, figuras que en conjunto podrían desencadenar en una condena a prisión perpetua.

Por el crimen de Amarilla fue detenido Pensotti y demorado un adolescente de 15 años -declarado no punible meses después-. Ambos tomaron el taxi de Amarilla cerca de la terminal de ómnibus de Posadas y pidieron su traslado al barrio Giovinnazo detrás del autódromo. Al llegar a la avenida 210 casi Cocomarola, Pensotti desplegó sus verdaderas intenciones y encañonó al conductor.
Cuando la policía llegó a la escena, alertada por vecinos, se encontró con Amarilla ya sin vida, acostado sobre las butacas delanteras.
La requisitoria de elevación a juicio fue leída ayer durante poco más de una hora. En ella se resumió el expediente a cargo del juez de Instrucción 3, Fernando Luis Verón y la fiscal del mismo juzgado, Adriana Marcela Verónica Herbociani, quien acusa también como subrogante en este debate. Fueron cinco peritos, médicos, policías y forenses los que abrieron luego la ronda de testimonios.
El director general de Policía Científica de la Policía provincial, Juan Carlos Vázquez defendió las conclusiones informadas en cuanto a las pericias realizadas a una pistola Bersa calibre 22 largo, encontrada pocas horas después del crimen sobre la avenida terrada 210 casi Cocomarola, detrás del autódromo y de una planta de energía de EMSA, en el barrio Giovinnazo.
Vázquez resaltó que el arma secuestrada fue la utilizada para matar de un disparo en la nuca (occipital derecho) a Amarilla: “El proyectil que se le extrajo del cráneo fue cotejado con las muestras testigos logradas de la pistola en la cámara de recuperación y el resultado fue coincidente”.
A instancias del defensor oficial, Miguel Ángel Varela, describió que la pistola “era apta para efectuar disparos, tenía desajustes internos y era probable que se trabe”. Este último punto fue el más debatido, ya que dentro del arma fue hallada una vaina servida en la corredera. Vázquez aseguró que “tenía desgastado el seguro la pistola en ese tramo, no era un arma en buen estado, pero estaba apta para ser gatillada”, aseguró.
Beatriz Alegre, en 2017 en servicio como médica legista de la Unidad Regional X de Policía, declaró sobre las circunstancias en que fue hallado el cadáver dentro de un taxi Fiat Uno: “No se veía violencia en torno al cuerpo. Tenía la lesión en el occipital con un coágulo de sangre alrededor. Le preservamos las manos para que se le puedan tomar muestras de las uñas ante la suposición que se habría defendido, es pericia habitual para buscar rastros biológicos y posibles registros de ADN”.
También recordó su informe, el médico exintegrante del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial, Juan Antonio Salvador Gallupo. “No podemos aseverar la distancia o dirección del disparo objetivamente, sí estimar que en el cráneo de la víctima había un orificio de bala. Que ingresó por la nuca, lo que indica que fue ejecutado desde atrás. La pérdida de sangre por la nariz es propio de la herida encefálica traumática que provocó el disparo. El período agónico no se puede precisar con exactitud pero fue un lapso muy breve seguramente, pocos minutos por la gravedad de la lesión”.
Walter Erickson, subcomisario, aseguró luego que tras el alerta a la comisaría Décimoprimera, arribaron al lugar mencionado y hallaron a Amarilla “dentro del automóvil con el motor en marcha, las luces encendidas y el aire acondicionado funcionando (…) Estaba en el asiento del conductor pero recostado hacia el del acompañante delantero, la ropa estaba bien puesta, no mostraba signos de violencia, no estaba rota, los bolsillos intactos, no se los habían tocado”.
Otro de los testigos de ayer, un chatarrero que reside a 500 metros del cruce mencionado, relató que fue buscado para observar las actuaciones de los peritos de Policía Científica. “Estuve cinco horas presenciando el procedimiento. No recuerdo preciso, pero de la guantera sacaron la billetera de la víctima y tenía 370 o 270 pesos y los documentos, no había señales de robo. La ropa puesta estaba limpia, nada roto, no había forcejeado o peleado antes, aparentemente”.
El debate se reinicia hoy a las 8, con siete testigos citados. Alegatos y veredicto se realizarán mañana, de acuerdo a la agenda pautada.