En pocas horas, Misiones obtuvo dos soluciones esperadas desde hace mucho tiempo y que no lograban tener respuestas hasta antes del 12 de septiembre. No hubo pases mágicos. Hubo un categórico resultado en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que obligaron a la Casa Rosada a dar un golpe de timón en el rumbo y cambiar a varios funcionarios de primera línea, que no supieron interpretar el federalismo. A decir verdad, aun quedan muchos otros ocupando sillones cómodos en la Ciudad de Buenos Aires, que desconocen lo que sucede en muchas provincias.
A partir de la constancia en el reclamo, el corredor turístico entre Iguazú y Foz como el convenio por dos mil millones de pesos entre ANSeS y el IPS ya fueron oficializados. ¿Hace falta esperar dos años a una elección y que termine con resultados adversos al Gobierno para que avancen las respuestas a los problemas?
Para esta gestión, que apenas va por la mitad de su mandato, es evidente la única forma en la que reacciona.
Sin embargo, quedan más asuntos por saldar en Misiones: energía más barata todo el año; el gasoducto; redes de agua potable y cloacas en más municipios; un tratamiento impositivo diferencial si es que abren las fronteras con Paraguay en especial; y la lista sigue.
Algún crédito hay que darle al tucumano Juan Manzur, que rompió con la hegemonía bonaerense-porteña del Gabinete y le imprimió celeridad apenas asumió. Ahora resta ver cuánto más es capaz de avanzar ante la mirada centralista y no se queda en un nuevo intento, absorbido por los intereses camporistas.