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Mercedes Gómez (49), la madre de Fiorela Itatí Aghem, fue la que encabezó la lucha para que se esclarezca el femicidio en marzo de 2019. La búsqueda de juicio y condena ayer podría considerarse finalizada, pero el dolor en determinadas situaciones se instala a perpetuidad y no coincide con el que indica el Código Penal Argentino.
Tras el fallo de los camaristas Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Miguel Orlando Moreira, Gómez sostuvo: “Llevamos dos años de lucha constante por esto. Somos una familia de mucha fe pero también confiábamos en la Justicia, sabíamos que había condena para un tipo así, que acabó con la vida de mi hija, una chica con tantos sueños”, declaró Gómez pocos segundos después que Borovski volvió a ser trasladado a su celda de la Unidad Penitenciaria 2 en Oberá.
“Nunca vamos a tener consuelo, a Fiorela no la tengo más y este muchacho va a recuperar algún días sus privilegios y va a poder salir a la calle y caminar tranquilo. Nosotros nunca más porque perdimos a nuestra hija”, agregó ante PRIMERA EDICIÓN.
Promesa cumplida
“A Fiorela le prometí el día que la encontramos sin vida que íbamos a luchar todos los días por ella. Hasta llegar acá, a que haya justicia, que se cumpla la ley”, continuó su resumen de recuerdos y sensaciones.
Sumó a este contexto: “Este tipo no tiene remordimientos, te mira firme, da miedo, tiene los ojos rojos, creo que él se siente conforme con lo que hizo. Él quería que Fiorela no esté para nadie y lo logró”.
Pero también remarcó algo de alivio: “Mi vida es un sufrimiento diario, total, no se explica, se siente, mi hija no está más, no la veo. Pero al menos ella a partir de hoy va a poder descansar en paz porque logramos justicia, lo buscamos con la familia”.
“Conforme”
Oscar Alejandro Aghem (58) sostuvo a su compañera del brazo durante las dos audiencias de juicio oral. Ayer también tuvo su momento de reflexión sobre el desenlace: “Es un alivio que llegue la justicia. Queríamos que el asesino este fuera juzgado y condenado y eso ocurrió. Intentó desviar o evitar el juicio, bueno no lo consiguió. Me siento conforme con la condena”.
No esquivó ni quiso ocultar la profundidad del daño que acarrea su familia tras la pérdida de su joven hija: “Mi vida está destrozada sin Fiorela, por culpa del Borovski este, fue muy malo lo que hizo, nos arruinó a toda la familia, esto no debía haber pasado”.
Y cerró tajante: “Si la policía hubiera actuado a tiempo, hoy tendríamos a mi hija, que me perdonen si ofendo, pero que se pudra en la cárcel el asesino ese, el daño fue interminable”.