El Gobierno nacional entiende que las elecciones que dejaron al desnudo la fuerte pérdida de apoyo popular se explican casi completamente en la cuestión económica. Incluso uno de sus candidatos de cara a octubre lo expresó sin sutilezas: “Con un poco más de platita en el bolsillo, la foto de Olivos no hubiese molestado tanto”. Bajo esa premisa es que el oficialismo se dispone a incrementar exponencialmente el nivel de respuesta asistencial para al menos reducir, cuando no revertir, el resultado de las Primarias.
Quizás, y sólo quizás, esta vez la misma maniobra de siempre de todos los gobiernos que alternaron en Balcarce 50 no esté a la altura de las exigencias del electorado. Quizás en esta oportunidad las dádivas ya no sean suficientes. Puede ser que en esta oportunidad los subsidios ya no alcancen porque la condición de los beneficiarios es tan crítica porque a la debacle del gobierno anterior le sobrevino una pandemia y después otro gobierno igual de malo que el anterior.
Quizás las medidas a estas alturas deberían ser otras ya no sólo para dar vuelta una elección, hablando estrictamente de lo que le interesa al oficialismo, sino para frenar la inercia de la crisis y ahorrarnos otros dos años dramáticos a todos.