
Cristian Álvez (21) insiste. Lo dice una y otra vez, casi como una filosofía de vida. “Nunca dejé de soñar”, subraya, cuando recuerda los cinco años que estuvo fuera de la pista. Y la vida le dio revancha: el piloto posadeño volvió con todo a la actividad este año y se ganó su lugar en la Fórmula Renault 2.0.
Desde el viernes, Álvez protagonizará su sexta presencia en la categoría nacional de monoplazas, en San Juan y en busca de experiencia para seguir creciendo en la divisional. En la previa, habló con EL DEPOR y contó cómo fueron sus comienzos, la llegada y la actualidad en la FR, además de los sueños que quedan por venir. “Nuestra meta es estar adelante, todos los días pienso en eso y en cómo hacerlo”, sintetizó.
Cristian, ¿Cómo arrancaste con los fierros?
Empecé a los 6 o 7 años, con un karting que era de un amigo de mi papá, Guillermo “Kuki” Álvez. Mi viejo fue campeón de rally, así que heredé esa pasión. Él me ayuda mucho en todo esto.
Cuando agarré ese karting por primera vez, enseguida me di cuenta que eso era lo que me gustaba, que había nacido para los fierros. Y así empezamos, primero en los campeonatos de karting sobre tierra y después en los de asfalto, de la FeMAD. El primer año fui subcampeón, al año siguiente también, hasta que en el tercero fui campeón en Cadetes, en asfalto. Siempre corrí en Misiones.
Y cómo se dio lo de la FR?
Tras correr esos primeros años, tuve que dejar por algunos problemas. Estuve parado como cinco años, pero siempre queriendo volver. En esos cinco años, no pasaba un día en el que no pensara cómo hacer para volver a la pista. Y encima llegó la pandemia.
La cuestión es que, en 2020, vi el anuncio de la Fórmula Renault, que cada uno o dos años lleva adelante una búsqueda de talentos en todo el país. Y yo justo en esa época me decía ‘si no es ahora, dejo todo’. Lo cierto es que me inscribí, conté toda la experiencia que tenía y, de 400 inscriptos, quedé entre los 15.
Antes de viajar a Buenos Aires, probé acá con un Fiat Uno y me fue bastante bien. De ahí, viajamos allá y comencé a conocer la categoría, a ver cómo trabajan, cómo te adaptás al auto. Ya en la primera prueba terminé primero, anduvimos bastante bien y quedamos para correr con el equipo MS Racing en la primera fecha.
¿Y cómo fue el debut y esas primeras carreras?
El debut fue en marzo, en el Gálvez. Tuve muchas fallas mecánicas y no pude terminar. En la segunda fecha, en Córdoba, el auto siguió con problemas. Luego de eso, me salteé algunas fechas por falta de presupuesto. Volví en Buenos Aires, pero no pude terminar la carrera por fallas en el termostato. Y ahí fue que decidimos cambiarnos al Martínez Competición.
¿El cambio fue positivo?
Fuimos a La Pampa y en el primer día de entrenamientos ya estuvimos cerca de los tiempos de adelante. En esa carrera terminé undécimo, pero más allá del puesto, sumé mucha experiencia, porque ahí ya peleé y defendí puestos. Y en la última, en Buenos Aires, largamos 14º y terminé noveno. Hasta podía llegar al sexto puesto.
¿Cómo es correr en la FR?
Están los mejores pilotos que vienen del karting, algunos incluso de correr en Europa. Y comparado con el karting, no es nada parecido. El chasis es bastante difícil de llevar. Para que te des una idea, muchos pilotos dejan la FR y se van a autos techados porque son más estables, más fáciles de manejar.
Es que los monoplazas tienen una técnica especial que recién pude poner en práctica en mi última carrera. El auto es liviano, pesa 550 kilos, pero llega a 240 kilómetros por hora muy rápido. E importa mucho lo aerodinámico, si modificas algo de la configuración, cambia todo.

¿Cómo sigue la temporada?
Ahora tenemos la fecha en San Juan. Y lo principal es que seguimos buscando sponsors. Me gustaría representar bien a Misiones y tener un auto para pelear adelante. Hoy por hoy somos los únicos misioneros que estamos ahí.
Nos bancamos un poco con lo nuestro y otro poco con algunos sponsors y la categoría. Y necesitamos presupuesto, por ejemplo, para probar, porque vamos ‘crudos’ a las carreras. Gracias a Dios pudimos evolucionar, pero necesitamos esa última ayuda que nos falta. Quiero poner ‘Misiones’ bien grande en el auto y que se note de dónde venimos.
¿Qué objetivos tenés para el año?
Quedan pocas carreras y lastimosamente recién pude correr sin fallas en las últimas dos. El objetivo ahora es llegar lo más adelante posible y seguir sumando experiencia, avanzar y no estancarme.
¿Qué sueños tenés?
A corto plazo, me gustaría estar en el Súper TC2000 o en alguna categoría de la ACTC. Pero bueno, por lo pronto lo importante es mantenerme en el automovilismo, en el máximo nivel que se pueda, que no es nada fácil.
Y a largo plazo, sueño con correr afuera del país. Siempre estoy pensando en el futuro, en cómo hacer, en cómo llegar. Cuando dejé de correr, durante esos cinco años sin actividad, nunca dejé de soñar. Y se me dio esta oportunidad. Así que no existen imposibles.
Y en ese sentido… ¿Qué mensaje le podés dejar a los chicos que, cómo vos, pelean por sus sueños?
Yo les diría que, no importa cuál sea la circunstancia, no importa si estás en lo más alto o en lo más bajo, si creés en Dios y en tus sueños, si confías en vos mismo, tarde o temprano algo va a llegar.
Les digo que le den para adelante, que nunca dejen de soñar, más allá de la situación que se les presente. Que sigan soñando y que nunca pierdan la fe, que no se rindan. Yo sé que no es fácil, muchas veces quise bajar los brazos, pero me resultó imposible por la pasión que tengo por esto