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El juicio que se lleva adelante en Oberá contra un padre y un hijo por un caso de robo y violación, completó ayer su segunda jornada con la presencia de un solo testigo. Estuvo también en la sala una de las víctimas, la mujer actualmente de 76 años. Su hija contó en la primera audiencia los pormenores del ataque que sufrieron supuestamente a mano de los delincuentes.
Desde las 8.30, los integrantes del Tribunal Penal iniciaron la continuidad del debate que se desarrolla en la sede del Oberá Tenis Club.
Se presentó a declarar un hombre que era amigo de uno de los acusados. Fuentes consultadas revelaron que señaló que en abril de 2017, en una fecha que no supo precisar, pero que creía era el día que le ocurrió el hecho a las mujeres en Campo Grande, le había vendido un Renault Megane de color gris al imputado de 51 años.
Por los horarios, se desprende que el momento en el que estuvo con él coincidía con el momento del ataque que ocurrió aproximadamente a las 19.30.
Esta testimonial de alguna manera coincide con la declaración del día anterior del acusado, quien manifestó que ese día había estado reunido con amigos en Oberá y por ningún motivo se fue a Campo Grande, lugar donde ocurrió el asalto. En este sentido agregó que incluso ese día se dirigió a su casa con ese vehículo.
Precisamente 27 días después del asalto (que fue el 9 de abril), en plena búsqueda de tres sospechosos del hecho, los investigadores activaron dos allanamientos. Uno fue en calle París y Portugal de Oberá, donde detuvieron al mayor de los acusados y secuestraron el Megane gris en mención, que según algunos testigos fue visto por Campo Grande. Horas antes habían detenido en Posadas a su hijo. Lo llamativo del caso fue que el joven tenía en su poder dos armas, que precisamente eran las mismas que los delincuentes les habían robado a las dos mujeres durante el asalto.
El trabajo de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC), había identificado en su momento la activación de los celulares robados a las víctimas en esas direcciones donde detuvieron a los sospechosos.
Durante el miércoles último, en la primera jornada del debate, el menor de los acusados decidió hablar ante los jueces. Al igual que su padre apuntó contra un familiar. Dijo que trasladó a él y a otros dos hombres hacia las afueras de Campo Grande porque según le comentó, iban a cobrar una deuda. Explicó que los dejó a la vera de la ruta 14 y regresó. Recién a las 22 volvió a ver a su tío regresar. Respecto a las armas de fuego que tenía en su poder, dijo que al mismo familiar se las dieron en parte de pago. Él se quedó con ellas y por eso las tenía cuando lo detuvieron.
Las voces de los acusados niegan haber tenido participación en el caso en el que las víctimas, madre e hija de 52 y 73 años, fueron sorprendidas en la casa ubicada en las afueras de Campo Grande por tres encapuchados. Las golpearon con un garrote y un pedazo de manguera. Las ataron en una cama, violaron a la menor y amenazaron hacer lo mismo con la otra mujer para que dijeran dónde estaba la plata. Se apoderaron de 60 mil pesos, dos revólveres y una escopeta y la Chevrolet S-10 que luego apareció semi desguazada e incendiada. Por esto último figuran dos acusados en el expediente que solicitaron juicio a prueba por encubrimiento.
Ayer estaban citados más testigos, pero no fueron ubicados. No se descarta que se incorpore por lectura los testimonios que dieron durante la etapa de instrucción. El debate se cerró hasta el miércoles próximo, cuando se presume será la jornada de alegatos de las partes y se conozca la sentencia.
El tribunal está conformado por los magistrados Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Miguel Orlando Moreira. La acusación es “robo calificado, agravado por el uso de arma de fuego, abuso sexual con acceso carnal calificado por el uso de arma y encubrimiento”.
Uno con antecedentes
Los acusados son un padre de 51 años y su hijo de 28. El primero, reconoció que cumplió condena de 7 años por robo, pero negó que volvió a ser parte de un hecho delictivo.