Más de un millar de docentes del sector público se manifestaron este martes por el centro de Asunción para exigir un aumento salarial del 16%, en un pulso con el Gobierno que está en su segunda semana y tiene las clases suspendidas, tras el largo período sin escuelas de la pandemia.
Como en las jornadas precedentes, los docentes, de diferentes sindicatos, recorrieron el microcentro para terminar frente al Ministerio de Hacienda, que la semana pasada ofreció un 11% de aumento que fue rechazado por el gremio.
Cinco de sus representantes comenzaron el lunes una huelga de hambre que mantienen a la entrada del Teatro Municipal de Asunción, y que continuarán hasta conseguir el porcentaje objetivo.
Silvio Piris, presidente de la Federación de Educadores del Paraguay, que se unió este martes a la huelga, dijo a la agencia EFE que las movilizaciones se dieron también en unos 30 puntos del país y que implican a casi el grueso del personal de maestros, por encima de los 70.000.
Por su parte, Gerardo Aquino, integrante de la Unión Nacional de Educadores, citó como reivindicación histórica la inversión en educación del 7% del PIB, el mínimo marcado por la UNESCO. “Es el objetivo para una mejor calidad educativa. Este es un sistema de educación mediocre que hace ciudadanos mediocres”, dijo Aquino.
Los sindicatos de educadores respondieron la semana pasada en negativo a la propuesta del ministro de Educación, Juan Manuel Brunetti, de un aumento salarial del 11%, superior al 8% que hasta ahora la cartera mantenía como tope.
Los docentes reclaman una suba del 16% con base al acuerdo logrado en 2016. El salario básico docente, establecido por turnos de cuatro horas, es de alrededor de 2.700.000 guaraníes (unos 391 dólares).
Al respecto, Aquino comentó que el sector fue flexible durante el tiempo de la pandemia dado que el Gobierno destinó fondos extra a la cartera sanitaria para contener el COVID-19. Pero subrayó que en estos momentos, con la pandemia en retroceso y el país atravesando un aumento considerable de la inflación, urge cumplir con ese aumento.
Las movilizaciones van parejas a la suspensión de las clases, si bien Aquino aclaró que no se trata de una huelga general, una medida que no descartó si el Gobierno se mantiene en su postura. “El Gobierno tiene en sus manos la solución. Nosotros como docentes también tenemos hijos estudiantes”, acotó.
Paraguay inició el 2 de marzo el año lectivo con una modalidad virtual y presencial, 12 meses después de que se detectara el primer caso de COVID-19 en el país.
No se sintió en las urnas
La Asociación Nacional Republicana (ANR) de Paraguay, el nombre oficial del gobernante Partido Colorado, dio otra muestra del poderío de su maquinaria electoral al sumar en los comicios del domingo otras 13 intendencias a las que ya gobernaba, pese a llegar a la compulsa enfrentando diversos conflictos sociales y siendo cuestionada por su gestión nacional de la pandemia, dividida en algunos distritos y con denuncias de corrupción con los fondos para atender la COVID-19 en Asunción.
Con 160 comunas para los colorados y 60 para el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), el mayor de la oposición, la jornada electoral ratificó el bipartidsmo en el que navega Paraguay hace décadas.
Los comicios, precedidos de una inédita ola de violencia política y del descontento por el manejo de la pandemia, sirvieron también para dejar delineado el mapa con el que el país llegará a las elecciones presidenciales de 2023, un proceso que -al no estar permitida la reelección- siempre se abre con bastante anticipación.
La ANR resultó la gran ganadora de la jornada porque de los 261 distritos en juego se quedó con 160, incluyendo que retuvo Asunción. Hasta ahora manejaba 147 comunas. Los liberales, en tanto, tenían 75 intendencias pero perdieron 15, por lo que se quedaron con 60, un número que sigue siendo importante.