Hay quienes empiezan un proyecto o una carrera, o se embarcan en una relación de pareja, con gran entusiasmo, pero al poco tiempo abandonan. Es decir, que se quedan a mitad de camino.
Ser perseverante es justo lo opuesto de ser inconstante. Si queremos conocer el éxito en nuestra vida, necesitamos soltar perseverancia. Esa cualidad que nos mantiene en marcha, pase lo que pase a nuestro alrededor. Como dice la famosa frase que solemos repetir: “Persevera y triunfarás”.
Seguramente en algún momento conociste a alguien que prometía el mundo entero, pero con el tiempo te diste cuanta de que era una persona “de mecha de corta duración”. Como aquel que expresa: “Contá conmigo para lo que necesites”, pero suele ser el primero en abandonar el barco cuando aparece algún problema. ¿Es posible convertirse en seres humanos más perseverantes? ¡Claro que sí! Te invito a considerar estos cuatro principios que nos pueden ayudar a tal fin:
a. Practicar la gratitud
Cuando somos agradecidos tenemos una mayor duración. “Bernardo, pero ¿cómo puedo ser agradecido con todo lo que me ocurre?”, tal vez preguntes. Para practicar la gratitud debemos enfocarnos en lo bueno que hay en nuestra vida. Tal actitud demuestra que estamos satisfechos con nuestra situación tal y como es y activa la perseverancia. La gratitud es el motor que nos impulsa a avanzar.
b. Establecer objetivos claros
Cuando nuestros objetivos son claros, es decir que sabemos hacia dónde vamos, nos volvemos más perseverantes. Quien declara: “Quiero viajar o trabajar o estudiar”, tarde o temprano, lo consigue. Una meta definida nos brinda la fuerza para perseverar, en especial, cuando surgen obstáculos en el camino. Está bien conectarse con el aquí y ahora para disfrutar a pleno, pero también necesitamos pensar en el futuro. El sueño es una especia de imán invisible que nos empuja a mantenernos activos.
c. Aprender a renunciar
No siempre podemos hacer todo en la vida. Uno puede tener la meta de viajar y, al mismo tiempo, el deseo de comprarse ropa de buena calidad. Pero, muchas veces no alcanzamos a adquirir todo al mismo tiempo. Cuando perseguimos un objetivo específico, muchas veces, debemos renunciar a lo que es menor para obtener lo que es mayor. La gente inconstante, por lo general, tiene una actitud adolescente y quiere todo: el viaje, la ropa, etc. Renunciar a algo de vez en cuando es escoger la mejor parte y siempre nos trae beneficios a largo plazo.
d. Buscar apoyo en otros
Quien practica una actividad física en soledad suele abandonar pronto. Por esa razón, muchos prefieren ejercitarse en grupo. El otro nos potencia. Rodeémonos de personas perseverantes que, suceda lo que suceda, nunca dejan de avanzar. Así como los soldados confían unos en otros, pues se cuidan las espaldas mutuamente, deberíamos movernos en equipo y potenciarnos unos a otros para lograr perseverar.
¡Nunca dejes de perseverar!