Solapada por el estruendoso escenario electoral y con buena parte de la cúpula sindical jugando su propia campaña en favor de los candidatos locales y nacionales del Frente de Todos, empiezan a delinearse lo que serán las nuevas negociaciones salariales. Incluso algunas ya se debaten sin levantar polvareda.
Lo que se viene tiene que ver con las revisiones de haberes pactadas entre las partes originalmente, la latente reapertura de las paritarias y, lo que ya es un clásico en el mercado de trabajo en el período de las fiestas, los bonos de fin de año. La primera tanda, más ordenada, implica la activación de las cláusulas de revisión que gremios y empleadores pautaron en su paritaria anual original.
En gran medida esos entendimientos contemplaban una instancia formal de readecuación de los ingresos, dependiendo del resultado de la carrera precios salarios.
En ese marco ya debaten, entre otros, el cotitular de la CGT y representante de los trabajadores de estaciones de servicio, Carlos Acuña, el conjunto de gremios de la actividad ferroviaria, con una conciliación obligatoria corriendo, y la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza.
En paralelo, desde el Ministerio de Trabajo de la Nación le confirmaron a iProfesional que no descartan una nueva tanda de reapertura de paritarias en caso de que el desfasaje inflacionario lo amerite. “Dependerá de si alguna actividad queda atrasada en relación a su año paritario”, explicaron fuentes de la cartera que comanda Claudio Moroni. Y aseguraron taxativamente que “cualquier paritaria que se vea que empata o pierde con la inflación, se reabre”.
El objetivo fijado por el oficialismo es que el 2021 sea el año en el que se rompa la tendencia del último trienio, y en el que los salarios puedan ganarle a la inflación. Para ello volverán a sentar a la mesa de negociaciones a aquellas actividades cuyos acuerdos queden desfasados.
Recordemos que la primera pauta salarial del año tuvo una ronda de recomposiciones de ingresos del orden del 32%. Más tarde se fijó un patrón superior al 45%, incluída una primera tanda de reaperturas. Y ahora ya se negocian haberes con una media que supera el 50% anual.
Todo de la mano de la suba de precios que desbordó, y por mucho, la previsión que fijó el presupuesto nacional.
Para fin de año algunos pesos pesados tienen nuevos rounds salariales. Allí, incluso, empezará a palparse la temperatura esperada para 2022.
El dato del 3,5% que cerró la inflación el mes pasado encendió todas las alarmas sindicales. Y la avanzada a fondo del flamante secretario de Comercio, Roberto Feletti, por asegurar la puesta en marcha de la canasta de 1.400 productos a precios congelados terminó profundizando esa preocupación.
Sin embargo, entre los gremios no hay un esquema unificado sobre cómo avanzará la segunda reapertura de paritarias: la mayoría de los que cerraron recomposiciones por debajo del 50% sostienen que será una instancia ineludible, aunque existen diferencias respecto a los tiempos y los esquemas que cada uno pondrá en marcha para hacer efectiva la actualización salarial.
Las miradas están puestas en tres referencias ineludibles que pueden dar un primer pulso: los bancarios de Sergio Palazzo, los aceiteros de Daniel Yofra y los estatales. Entre mediados de diciembre y enero fijarán sus nuevos incrementos.
Pero antes se viene lo que ya es un clásico del mercado laboral en la época de las fiestas navideñas: el bono de fin de año. Se trata de una de las naves insignia de Camioneros, que con el correr de los años se convirtió, en muchos casos, prácticamente en un derecho adquirido.
En 2020 Hugo Moyano consiguió un bono navideño de 25 mil pesos, por lo que se espera que sus pretensiones este diciembre superen los 35 mil pesos.
Y no sólo se pondrá sobre la mesa en el sector privado, también lo hará en el sector público. Es más, las provincias y municipios en muchos casos están anunciando el pago de sus gratificaciones en estos días para apuntalar el cierre de su campaña electoral.
Desde el Estado Nacional todavía no hay definiciones concretas sobre el asunto para la administración central. En principio, estiman, que es una conversación que se dará post elecciones.
Principales gremios
En el caso del gremio que conduce Hugo Moyano, que cerró en junio una mejora interanual escalonada de 45%, por ahora la apuesta pasa por compensar cualquier pérdida salarial en el marco de la negociación del plus de fin de año.
Diferente es la situación de los bancarios, el sindicato que conduce Sergio Palazzo, que en la primera revisión de la paritaria firmada el primer trimestre del año llevó el incremento salarial del 29% al 45,1%, incluyendo una revisión en el mes de diciembre. El gremio tiene definido aplicar esa cláusula tras las elecciones (en la que el propio jefe sindical es candidato a diputado en la lista del Frente de Todos) para que el aumento final para 2021 se ubique entre 2% y 3% por sobre la inflación del período.
Los aceiteros, a su vez, pactaron para 2021 una recomposición del 48,5% y desde enero deben sentarse a discutir la suba del próximo año. Pero no descartan la alternativa de reclamar adicionalmente un reajuste en diciembre que compense la suba de precios, antes de negociar la nueva paritaria.
“Vamos corriendo siempre detrás”, es la queja más repetida entre los gremialistas, en especial de aquellos gremios que consensuaron subas por debajo de 45% y ahora analizan las posibilidades concretas para mejorar esas subas.
Los datos oficiales justifican la presión sindical: los salarios de los trabajadores del sector privado formal registraron en los primeros 7 meses del año un crecimiento real del 2,8%, pero la aceleración de la inflación desde fines de agosto en adelante ya licuó significativamente buena parte de esa recomposición.
El reclamo de las PyME industriales y la CGT
Empresarios de las PyME industriales y la CGT plantearon al Gobierno su reclamo porque consideran que los aumentos paritarios que dan a sus empleados “se van a la caja de las alimenticias”, les dijeron en una reunión que tuvieron este lunes con el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas.
La Confederación General Económica (CGE) y la Confederación General Empresaria de la República Argentina (Cgera) mantuvieron un encuentro este lunes con Kulfas y con dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el que pidieron que los salarios le ganen a la inflación, en medio de la aceleración de precios de septiembre y octubre.
En este marco, los empresarios pyme plantearon “la necesidad de que los salarios de trabajadoras y trabajadores se orienten principalmente hacia productos industriales”. “Queremos reactivar la economía y que el salario sea competitivo para la adquisición de productos de pymes industriales y no sólo de alimentos, que lamentablemente han aumentado más que la inflación”, afirmó Marcelo Fernández, presidente de Cgera.
“Se va todo a las alimenticias”, mencionó el directivo, en diálogo con Infobae al finalizar la reunión. La Cgera nuclea, principalmente, a las PyME del sector de calzado, plásticos, gráficos, textiles e indumentaria. “Nosotros le tenemos que poner plata en el bolsillo a la gente y eso termina en los aumentos de alimentos. Somos generadores de consumo pero somos ambiciosos y a nosotros no nos queda nada, no podemos reabrir comercios que cerraron durante la pandemia”, afirmó el directivo.
“Tenemos que discutir cómo hacer para que los aumentos de salarios que estamos otorgando a trabajadoras y trabajadores vuelvan a las pymes, que son las principales creadoras de empleo y las que van a motorizar la economía en la pospandemia”, afirmó.
Durante el encuentro, Fernández precisó que “más del 95% de las empresas industriales no pertenecen a la alimentación y sus canales de comercialización, por eso necesitamos que el consumo vuelva a quienes pagamos el salario de los trabajadores y creamos empleo”.
Kulfas defendió la gestión del Gobierno al asegurar que “el salario se está recuperando en términos reales. Recordemos que en el gobierno anterior el salario real cayó 20%”, expresó.