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En el transcurso de las distintas etapas que tuvo el deporte misionero hubo anécdotas de distintas características, pero una de la que este miércoles se cumplen 40 años será muy difícil de olvidar. Fue cuando al árbitro Jorge Vigliano lo demoraron algunas horas en la Seccional Primera de Policía, en el barrio Villa Sarita de Posadas, denunciado por “incitar a la violencia”, de acuerdo al Código de Faltas, tras ser denunciado por el escribano Osvaldo Torres, un socio de Guaraní Antonio Franco y quien varios años después fuera electo intendente de Posadas.
La participación de la Franja en el campeonato nacional de fútbol era un acontecimiento convocante y aún estaba fresco el debut misionero frente a River, en el mismo escenario, con empate 2-2. Pero esa tarde del 3 de noviembre de 1981 llegaba Ferro, con los frescos pergaminos del título que lograra de las manos de Don Carlos Timoteo Griguol, y figuras de la talla de Juan Domingo Rocchia, Gerónimo Saccardi, Héctor y Carlos Arregui, Adolfino Cañete y Roberto Crocco, por citar algunos de ese plantel que imponía miedo.
Pero Guaraní, dirigido por Nelson Chabay, seguramente uno de los mejores entrenadores que pasó por Misiones, tenía un plantel con mucha personalidad y no se achicaba ni ante las paradas más difíciles. Para ese partido el equipo estuvo conformado por Sergio Pydd; Roque Briñócoli, Carlos Roldán, Rubén Noguera y Oscar Sánchez; Ramón García Paredes, Juan Gauna, Ramón Delpiano y Cano (debutó con acertado trabajo en ese compromiso); Pablo Rubén Ortíz y Oscar Palavecino, pero también aportaron lo suyo a lo largo del campeonato José Edmundo Villarreal, Ramón Roberto Noguera, Rubén Darío Yegros, Ramón Recalde, Daniel Villalba, Oscar Bossi y Roberto Ayala, entre otros.
Para esa oportunidad el plantel “franjeado” realizó en la semana previa una preparación muy especial, fundamentalmente en lo táctico, pues los valores locales no estaban acostumbrado al rigor de ese tipo de planteo. Pero lo cierto es que el uruguayo Chabay, quien ya había pasado similares experiencias cuando estaba en el equipo de Racing que se consagró campeón de la Copa Libertadores y de la Intercontinental en 1966, conocía el trabajo que estaba realizando Carlos Timoteo Griguol en Ferro.
Lo cierto es que Guaraní había logrado anular los caminos para llegar al gol a Ferro, especialmente en jugadas con pelota detenida. El local se puso en ventaja dando otra gran sorpresa a los entendidos.
Pero cerca del final del encuentro hubo una jugada, más de un metro afuera del área, y ante una falta de Crocco, el delantero de Ferro se “zambulló” dentro del área y el árbitro sancionó la pena máxima. Hubo protestas, expulsiones, pero así empató Ferro.
Todavía no se habían acallado las protestas cuando Jorge Vigliano pasó a ser el protagonista principal del espectáculo y volvió a sancionar otro penal. Esta vez el delantero “ni había caído dentro del área”, según reconocieron los propios jugadores de Ferro, y eso motivó el escándalo que tuvo ribetes policiales.
Ya salir de la cancha tras el 2-1 para la visita fue toda una historia, y también cuando Vigliano fue demorado en la Primera, rodeado por los aficionados, que luego siguieron sus pasos hasta el aeropuerto, una vez que intervinieron las máximas autoridades de la AFA -directamente Julio Grondona- para que pudiera regresar en el avión de esa noche.
También la Asociación de Árbitros de la AFA amenazó con no viajar más a Misiones si volvía a aplicarse la figura de “incitación a la violencia y promover desorden en espectáculos deportivos”.
El propio Vigliano comentó, muchos años después, que la pasó muy mal. Reconoció su error, a la vez que señaló que no fue bien asistido por el línea en esas jugadas polémicas.