
El cambio climático comentado, al parecer, ya nos está saludando y es imprevisible como nos va a tratar, cuando se profundice, su presencia.
Entre medidas profundas que se deberían tener en cuenta sería la ya racionalización: de nuestro vital líquido.
Sabemos que las napas existentes en nuestra provincia, contienen agua que bebemos de buena calidad y que deberíamos racionalizarlas por prevención, a mi criterio de la siguiente forma.
Su uso: exclusivamente para uso doméstico y humano, animal y fines exclusivos.
Conocemos en abundancia de pequeños emprendimientos donde trabajan dos o tres personas lavando vehículos, con cuyos fondos pueden solventar los gastos de supervivencia de la familia.
El Estado debería declarar esa actividad y sus componentes pequeñas PyME y subsidiarlos con créditos para la compra de una cisterna tipo “cachapé” remolcable para proveerse del agua para el lavado de vehículos de los arroyos existentes en gran escala, cisternas con capacidades de cinco mil a diez mil litros.
También ello podría ser facilitado con un crédito blando para esa necesaria actividad.
Sólo trato, con una idea, de abrir el paraguas frente a un problema que casi seguro tendremos que afrontar.
Me permito escribir lo qué vislumbro para el futuro.
El lavado de vehículos nunca va a terminar dentro de nuestra humanidad. quiere decir que será necesario -ahora y en el futuro-, una empresa semi controlada, asistida con créditos serios, controlados y/o con algún supuesto subsidio.
El único objetivo de mi escrito, es colaborar con el mundo que se nos presentará y el agua que aún hay (barata) para la gran mayoría, que debemos cuidarla: sin agrotóxicos, otros venenos, basura y lo que puede contaminarla.
Alfredo E. Halberstadt San Vicente (Misiones)