Karla Johan nació en Misiones y en Buenos Aires cursó la carrera internacional de Sommelier de Cava en la Escuela Argentina de Sommeliers en el 2003.
“Me recibí de sommelier donde atendemos casi un 80% de la cata y elaboración de vinos, no había una formación sobre la cata de yerba mate en ese entonces, me formé por mi cuenta investigando, hablando con productores y buscando bibliografía”, recordó.
Fue así que en el 2010 publicó “El libro de la yerba mate”, que ya va por su cuarta edición, el cual marcó también el hilo de su carrera ya que fue presentado en distintas Embajadas de la Argentina y recibió premios internacionales en París y en China.
Actualmente, Johan es profesora de la cátedra en la Escuela Argentina de Sommeliers donde se encarga de dar la clase de yerba mate a los futuros egresados, e incluso este año lanzaron la especialización en Infusiones y la primera certificación de Sommelier de mate a nivel mundial. “Ahora se recibe en noviembre la primera camada, estamos súper entusiasmados con las inscripciones el año que viene y hay buena aceptación por suerte”, expresó.
Contó que tiene la marca registrada de “Sommelier de yerba mate” una empresa que trabaja en la educación, asesoramiento y también se ofrecen distintos productos comerciales donde Karla volcó todos sus conocimientos.
“Como me especialicé en las tres infusiones mate, té y café es como que tengo el panorama bastante amplio, saqué ideas del té y el café que por ahí son infusiones un poco más antiguas desde la comercialización. En mi empresa damos talleres, tenemos el nivel uno que es aprender a catar yerba mate, el nivel dos es armar blends y el nivel tres es para innovar con yerba mate. Después también asesoramos a proyectos, a emprendedores que quieren abrir locales comerciales por ejemplo que tengan que ver con la yerba mate, a yerbateras que quieren sacar un producto comercial y me contratan para armar blends o mezclas, muchos me mandan productos para hacer la cata y darles mi punto de vista”, detalló.
También comercializa su propia marca de yerba mate, elaborada en el establecimiento de Joselo Lorenzo “Yerbatera.com” en Dos de Mayo. “Mi yerba es sapecada por agua, prácticamente única en el mundo con esta técnica”, enfatizó. Además creó otros productos a base de yerba mate, como jabón y la cerveza Mate Beer. “Voy tratando de a poquito de innovar en productos y en algunos aspectos diferenciarlos en el mercado desde la innovación”, precisó.
A todo esto, Johan observó que la pandemia ayudó a acelerar el proceso del boom de la yerba mate, algo que como sommelier esperaba desde hace 18 años. “Hoy el mercado y la tecnología dan para mucho, siempre traté de llevar este conocimiento sobre la yerba mate a un nivel más serio”, consideró.
Y sostuvo que “estamos en un buen momento, hay personas que tuvieron que cambiar sus hábitos y buscaron en la yerba mate un producto para innovar para tal vez reinventarse y ahí aparecí yo con mi lado de asesora, con todas estas patas también que tienen que ver con la gastronomía, la hotelería, y el vino que se pueden volcar hacia la yerba mate”, apreció.
Consultada sobre qué requisitos o características debe reunir una yerba mate para ser considerada de calidad, Karla aclaró que “no hay productos malos o buenos”.
“Todos los productos comerciales son buenos, pero sí tenemos que tener en cuenta el concepto relación precio-calidad, es decir que lo que estamos pagando es lo que estamos consumiendo. Por ahí en el caso de la yerba mate siempre el concepto fue que tiene que estar en la canasta básica familiar, y por ende no puede costar más de cierta cantidad de dinero, siempre la tuvimos como algo básico. Con mi yerba quise imponer que así como existe el vino o café premium, también puede existir una yerba premium”, comentó.
Para la creación de estas propuestas señaló Karla “se trabaja mucho la calidad, la selección de las hojas, el proceso de elaboración, el packaging y otros factores”. “Cuando nosotros hablamos de una yerba de calidad es una yerba que te tiene que brindar lo que la marca te está proponiendo. El consumidor tiene que entender que la calidad se da más que nada por lo que paga por el producto y hoy por en la yerba no podemos ver eso bien diferenciado, entre un producto muy comercial y un producto un poco más de nicho”, explicó.
Y sostuvo que este proceso ya se vivió en el caso del vino cuando en el año 2000 el público cambió su mentalidad y salió de las bodegas tradicionales de volumen a los vinos de bodegas boutique de calidad. “Ese cambio que se generó con el vino fue potenciado por los canales de televisión, como el Gourmet, y las escuelas de Sommelier, eso hizo que la gente se eduque, vaya a cursos, aprenda y le exija a los bodegueros un cambio”, describió.
Hoy en día “ese mismo concepto está pasando con la yerba mate”. “El público ya empezó a educarse, a elegir y a probar. Antes la gente tenía una sola marca de yerba y seguía siempre a esa marca, hoy noto un cambio cuando me dicen que probaron esta y se compraron esta otra. Esa apertura que el consumidor está teniendo hoy con la yerba mate es la que nos permite a nosotros pensar de que hay una muy buena aceptación de productos premium y de productos cuidados de calidad”, concluyó.