
Cuatro delincuentes armados, uno con arma larga calibre 22 y otro con revolver, dos desarmados, pero todos a cara cubierta, ingresaron en la propiedad de un comerciante de Eldorado e intentaron asaltarlo. Recibió un culatazo en la cabeza y dijo: “Si me querían tirar lo hubieran hecho, para mi fue improvisado o se confundieron cuando mi señora retrocedió la camioneta y comenzó a tocar bocina para alertar a vecinos”.
La policía investiga un intento de asalto y busca a cuatro sospechosos aún no identificados, que irrumpieron en la vivienda de un comerciante eldoradense dentro de un barrio privado en el kilómetro 9. La víctima presume que los ladrones ingresaron a la casa luego de que su pareja hizo lo propio en la camioneta Toyota Hilux blanca y pensaron que se trataba de él.
“Me estaban esperando a mí, me decían dame la plata o te quemo con insistencia. No lo hicieron, podrían haberlo hecho, para mí los confundió lo que hizo mi mujer”, dijo la víctima en contacto telefónico con este Diario.
El hecho ocurrió cerca de las 20 del jueves y de acuerdo a fuentes consultadas, la pareja del comerciante, una joven de 27 años, regresaba a la vivienda en el barrio Chodorge y tras ingresar a la propiedad, se abalanzaron sobre el vehículo cuatro hombres encapuchados, dos de ellos armados, quienes intentaban abrir la puerta de la camioneta. El comerciante advirtió la maniobra por las cámaras de seguridad y se trenzó en lucha con dos de los delincuentes quienes finalmente huyeron del lugar sin robar nada, pero lo golpearon en la cabeza.
“Eran jóvenes, lugareños, uno a lo mejor era más grande pero no vi sus rostros. Fue todo muy rápido, salí a recibir a mi mujer y se metieron. Ella retrocedió la camioneta hasta la calle y comenzó a tocar bocina mientras dos se me abalanzaron. Me pegaron un culatazo y se fueron”, agregó la víctima.
La zona residencial cuenta con seguridad privada y de acuerdo al testimonio de la víctima, viven personalidades importantes de la ciudad. “Hay seguridad, pasa que está ese espacio verde frente a mi casa y se escondieron allí. Dejaron botellas sin abrir de fernet, para mi eran improvisados, ni balas tenían sino me hubieran disparado”, concluyó el comerciante de 53 años.